martes, 28 de febrero de 2012

ALIMENTANDO A UNA COBRA


Unos amigos volvieron de China impresionados. Un producto  del
que Brasil fabrica un millón de unidades, China en una sola fábrica
produce 40 millones.

La calidad es equivalente  y la velocidad de distribución
impresionante. Los chinos colocan cualquier producto en el mercado
en cuestión de semanas, a precios que son una fracción de los
brasileños

Una de las fábricas se está trasladando al interior porque los
salarios de la región en que se halla instalada son demasiado altos:
100 dólares. Un obrero brasileño gana 300 dólares mínimo que
sumados a los impuestos y otros beneficios equivalen a 600 dólares.
Cuando  los comparamos, con los 100 dólares que reciben los chinos
sin prácticamente ningún otro beneficio…nos hallamos frente a una
esclavitud amarilla, y alimentándola…

¿Horas extraordinarias? En China…Olvídalas!!! La gente allí está
tan agradecida de tener un empleo que trabaja horas extras a cambio
de nada…

Detrás de esta “situación” está la gran trampa china. No se trata de
una estrategia comercial, sino de una estrategia de “poder” para
conquistar el mercado occidental. Los chinos están sacando provecho
de la actitud de los “comerciantes” occidentales, que prefieren mandar
maquilar la producción  quedándose tan sólo con lo que le agrega
valor: la marca.

Ya es muy difícil comprar en las grandes redes comerciales  de
los EE.UU.  algún producto “made in USA”. Es todo “made in China”,
con una marca estadounidense. Las empresas ganan toneladas de
dinero comprándoles a los chinos por centavos y vendiendo luego  
por centenares de dólares. Sólo les interesa el lucro inmediato a
cualquier precio. Aún al costo de cerrar sus fábricas  y generar una
brutal desocupación. Es lo que podría llamarse “la estrategia del precio”.

Mientras los occidentales maquilan y prácticamente ceden sus empresas
para ganar en el corto plazo, China aprovecha ese enfoque  e instala
unidades productivas de alto desempeño para dominar en el largo plazo.

Mientras las grandes potencias mercantiles se quedan con sus marcas,
con el diseño... sus garras, los chinos se quedan con la producción,
asistiéndolos, estimulándolos y contribuyendo al desmantelamiento de
los escasos parques industriales occidentales.

Muy pronto ya no habrá más fábricas de zapatos deportivos o de
calzado en el mundo occidental. Sólo existirán en China. De modo que
en el futuro próximo veremos cómo los producto chinos aumentan sus
precios produciendo un “shock de fabricación” como sucedió con el
shock petrolero en los años 70. Pero entonces será  demasiado tarde.

Entonces el mundo se dará cuenta de que levantar nuevas fábricas
tendrá costos prohibitivos y deberá  rendirse al poderío chino. Se dará
cuenta de que alimentó a un enorme dragón y se convirtió en su rehén.
Un dragón que aumentará gradualmente sus precios, puesto que será
quien dicte las nuevas leyes del mercado y será luego quien mande,
pues tendrá el monopolio de la producción.

Ya que será también el dueño de las fábricas, de los inventarios y los
empleos y quien regulará los precios.

Nosotros, nuestros hijos y nuestros nietos asistiremos a una inversión
de las reglas de juego actuales, lo que producirá en las economías
occidentales el impacto de una bomba atómica…china. En ese momento,
cuando el mundo occidental se dé cuenta, será demasiado tarde.

Ese día, los ejecutivos occidentales mirarán tristemente las ruinas de
sus antiguas fábricas, a sus técnicos jubilados jugando a las cartas en las
plazas y llorarán sobre la chatarra de sus parques industriales destruidos.
Y se acordarán entonces, con mucha nostalgia, del tiempo en que ganaban
dinero comprando “fardos de mercancías de los esclavos” y vendiendo caras
sus “marcas registradas” a sus  coterráneos.

Y entonces, entristecidos, abrirán sus despensas y almorzarán sus marcas
que ya estarán pasadas de moda y que por tanto, habrán dejado de ser
poderosas, porque todas habrán sido copiadas…

REFLEXIONEN Y COMIENCEN YA A COMPRAR PRODUCTOS DE FABRICACIÓN
NACIONAL, FOMENTANDO EL EMPLEO EN SU PAÍS, POR LA SUPERVIVENCIA
DE SU AMIGO, DE SU VECINO Y HASTA DE USTED MISMO… Y LA DE SUS
DESCENDIENTES.

Piensen además…

Y ¿su poderío bélico-militar?

Quedaremos rehenes y a su merced, es decir, estamos hoy alimentando a la
cobra que nos morderá en el futuro!

*Director de marketing de Dana y profesional de la comunicación.

Traducido por Susana Merino para Rebelión


EL PRIMER DOPING DE LA HISTORIA.CLARO FRANCES

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SOBREVIVIR EN LA DICTADURA


El caso del joven soldado republicano

Antonio Lozano aprendió que para sobrevivir en la dictadura tenía que callar

Le caló del intento de Garzón de resarcir a las víctimas y por fin se mostró orgulloso de su historia

Quiero aclarar aquí que yo no he escrito la historia de Antonio Lozano. La de ese joven soldado republicano que al terminar la guerra civil regresó confiado a su pueblo porque no había hecho nada malo y que al poco fue detenido, encarcelado durante casi tres años y enviado después a un campo de concentración. No, yo no he escrito sobre Antonio Lozano. Sobre ese joven que abandonó la prisión para ser encerrado otros tres años junto a Tarifa, en un lugar en el que los reclusos trabajaban todo el día a pico y pala, pasaban frío, dormían en chozas que se construían ellos mismos, estaban tan hambrientos que comían hasta raíces y lagartijas y recibían palizas si no cumplían el objetivo laboral de la jornada.
No, yo no he relatado esa historia; quiero aclararlo para quienes estos últimos meses oyeron de boca de Antonio Lozano que yo había escrito un libro en el que contaba su vida. Antonio Lozano creía que a su yerno le habían dado un premio por un libro que relataba su historia. Y lo iba diciendo por ahí con orgullo, con satisfacción, con esa alegría que le entra a uno cuando se ve justamente recompensado. Pero lo cierto es que no era así, que yo no escribí en ese libro la historia de Antonio Lozano.
Ya me hubiese gustado hacerlo. Que más hubiese querido yo que oír de primera mano y relatar luego la vida de Antonio Lozano. De ese joven que en 1936 abandonó su pueblo de Granada con sus padres y hermanos y que después sobrevivió a la carretera de la muerte, que huyó con su familia desde Málaga hacia Almería caminando y escondiéndose de las bombas que masacraban a las columnas de civiles. Qué no daría yo por haber podido contar la historia de ese chaval que mintió sobre su edad para poder alistarse como voluntario en el Ejército de la República, que luchó en varios frentes y que terminada la guerra oyó lo que muchos otros: que podían volver tranquilos a sus casas, a sus pueblos, que había paz en España.
Antonio Lozano regresó en 1939 a su pueblo. Lo sabemos con certeza. Pero sobre lo que le ocurrió en los siguientes seis años apenas tenemos su hija y yo datos dispersos. Muy pocos. Antonio Lozano vivió en esos años de paz en España una experiencia tan demoledora, tan tremenda, que la borró de su memoria de tanto ocultarla después, cuando fue liberado y se instaló en Jerez.
Había aprendido que para sobrevivir en la dictadura tenía que callar, moverse con cautela, ocultar de dónde venía
No quería Antonio Lozano que se supiese que había estado primero preso y luego en un campo de concentración. No quería que nadie conociese su historia de represaliado, y se empleó a fondo en conseguirlo. Hasta tal punto lo logró, que su hija, ya entonces licenciada en Historia, se quedó pasmada un día, hace solo veinte años, cuando oyó a su padre referir que lo habían encarcelado al terminar la guerra, que las había pasado canutas después en un campo de concentración.
La hija de Antonio Lozano pudo atar cabos a partir de ese momento. Empezó a entender por qué su padre mentía a veces cuando alguien le preguntaba de qué localidad de Granada provenía. Y rescató de la memoria algún episodio. Como uno del que ella había sido testigo al poco de morir Franco. Fue en el pueblo de su padre. En una reunión de amigos y familiares, la charla evocó la guerra civil y algunos recordaron padecimientos y otras historias. Entonces, Jiménez, que aún vive y compartió cárcel y campo de concentración con Antonio Lozano, se quitó la camisa y enseñó los verdugones que le cruzaban la espalda.
En 1945, superviviente del maltrato, Antonio Lozano llegó a Jerez. Tuvo la suerte de que un teniente coronel de los batallones disciplinarios se lo llevase con él y le diese trabajo durante años. Hasta que él mismo hizo camino y acabó abriendo una tienda de comestibles en la ciudad que muchos vecinos de Icovesa recordarán. Una tienda que ofrecía precios populares y en la que todo el mundo era bien atendido por Antonio Lozano y por su esposa.
Antonio Lozano era un hombre honrado. Tenía dentro esa honradez republicana que aprendió de los discursos que oía cuando era un joven soldado, de las enseñanzas de otros presos en la cárcel de Granada. Probablemente marcado por haber vivido como prisionero, bajo la bota militar franquista, desde los 19 a los 25 años, Antonio Lozano era, en fin, un hombre en alerta, esclavo de un pasado demasiado cruel. Y había aprendido que para sobrevivir en la dictadura tenía que callar, moverse con cautela, ocultar de dónde venía.
Les tenía miedo Antonio Lozano. Temía caer de nuevo en sus manos. Por eso callaba cuando cada Navidad unos policías acudían a su tienda y se llevaban jamones y un buen surtido de todo lo que les daba la gana. Por eso le pidió a su hija que le hiciese caso y se casase por la Iglesia cuando ella le anunció su boda civil. Cuidado, que siguen ahí.
Cuando a principios de los noventa el Gobierno que presidía Felipe González decidió conceder una indemnización a los represaliados por el franquismo, la hija de Antonio Lozano presentó la solicitud. Le respondieron que su padre no alcanzaba el mínimo de tres años encarcelado para poder ser indemnizado, que los años de estancia en un campo de concentración, en los llamados batallones disciplinarios, no contaban. Con esa respuesta, Antonio Lozano dio en pensar que era mejor seguir disciplinadamente callado, que ni siquiera la izquierda sabía ya en este país qué había sucedido en la posguerra. Años después, la Junta de Andalucía también quiso indemnizar a los represaliados y entonces sí que contaron los años de trabajos forzados. Antonio Lozano fue indemnizado. Pero también entonces algo le dijo que debía seguir callado, que era mejor ser cauto. Porque ocurrió que meses después, lo llamaron de Hacienda y le reclamaron una parte de la indemnización. Le reprocharon que no hubiese declarado ese ingreso y Antonio Lozano se vio tratado como un defraudador y se convenció definitivamente de que recordar el pasado solo le traería complicaciones.
De modo que Antonio Lozano prefirió seguir ocultando. Y no quiso ni acudir a un homenaje a los represaliados en El Puerto de Santa María cuando fue invitado por la Junta de Andalucía y su hija lo animaba a que, como otros, él contase su historia. No te fíes, respondió, siguen ahí.
Hace pocos años, Antonio Lozano asistió a la aprobación de la Ley de Memoria Histórica. Y luego vio cómo el juez Garzón abría una investigación sobre los crímenes del franquismo, de los que él fue testigo directo como superviviente de un campo de concentración en el que muchos morían extenuados y enfermos, incapaces de soportar el trato al que eran sometidos por los militares vencedores.
No obstante, Antonio Lozano siguió callado, prudente, en alerta. Pero tal vez algo le caló de ese intento de resarcir a las víctimas, porque el caso es que el pasado septiembre, en cuanto supo que a su yerno le habían premiado un libro, salió a la calle y comenzó a decirles a todos que yo había escrito su historia y que me habían dado un premio. Su cuidadora le explicó varias veces que no era así, que el libro hablaba de los sucesos de Casas Viejas, de otro asunto. No hubo manera. El hombre que durante décadas escondió su pasado y que ni siquiera se sintió seguro en democracia, ese hombre por fin se mostraba orgulloso de su historia y de que fuese aireada. Nayis, su cuidadora, recuerda que estos últimos meses, Antonio Lozano repetía feliz en la barbería, en el parque, en el bar y en casa y en todas partes que yo había escrito su historia. Para entonces, hacía ya un tiempo que andaba con la cabeza perdida, que tenía lagunas y a veces ni reconocía a la gente.
El pasado enero, una mañana, Antonio Lozano falleció en su casa de pronto, en unos segundos. Murió creyendo que habías escrito su historia, me recuerda Nayis de vez en cuando. Se libró finalmente del terror, Antonio Lozano. Pero para lograrlo, tuvo que pagar el precio de perder la memoria. Solo así, con 92 años, recuperó su juventud perdida, esa olvidada Historia de España que tanto molesta a tantos. La nunca reconocida y verídica historia del joven soldado republicano.
Tano Ramos. Periodista. Autor de El caso Casas Viejas.

sábado, 25 de febrero de 2012

¿DONDE ESTAN LOS PENSADORES ?


1. ¿Qué papel ocupan en la sociedad actual los intelectuales?
2. ¿Por qué cree que se ha llegado a una situación de crisis de valores universales y qué remedios pondría para repararlo?
3. La crisis económica parece habernos dejado sin un relato coherente del fenómeno. ¿Cómo lo interpreta?

Fernando Savater (Filósofo)

1. Los intelectuales son escritores, profesores y artistas que quieren hacerse oír fuera de sus áreas de trabajo sobre cuestiones políticas y sociales. Deberían aportar al debate público argumentos o propuestas que trascendiesen las cautelas del pragmatismo político habitual, para así enriquecer la comprensión y no la confusión o la simplificación de esos temas.
2. Los valores se fraguan en situaciones críticas, en la pugna entre lo que es y lo que creemos que debería ser. Se definen y redefinen permanentemente de acuerdo con el decurso histórico y el pensamiento crítico. Me encantaría conocer alguna época del pasado en la que no hubiera habido crisis de valores, para mudarme a ella…
3. No tenemos un relato coherente de la crisis económica (aunque cada día se publican tres o cuatro libros sobre el tema), ni sobre la ciencia moderna, ni sobre el papel de las religiones, ni sobre la ciudadanía democrática, ni sobre el arte o la literatura, ni sobre el erotismo, ni sobre los méritos respectivos de Pelé, Ronaldo y Messi. Los dogmas nos fascinan pero enseguida nos aburren. Vamos, que estamos como siempre, pero ahora con blogs, Twitter y demás adminículos de portavocía.

Cees Nooteboom (Escritor)

1. A lo largo de la historia, los intelectuales han cometido errores notables. Admiro a Foucault, pero creo que se equivocó al apoyar el retorno de Jomeini a Irán. Como recordarán promovió una gran manifestación en París. Knut Hamsun admiraba a Hitler. Neruda escribió una oda para Stalin. Solo me manifesté públicamente contra el bombardeo estadounidense de Camboya y el resultado de aquello fue el cese de los bombardeos y el comienzo del régimen sangriento de Pol Pot. Los intelectuales son ciudadanos como cualquier otro, lo que significa que nadie es infalible, pero deberían ser cuidadosos. No digo que tengan que callar. La libertad de expresión es un gran bien, pero uno debe estar informado lo mejor que pueda.
2. La crisis de valores universales ha existido siempre. Probablemente, ahora mismo, alguien en su casa esté teniendo una idea que cambiará la historia. A lo largo de mi vida, conocí la Segunda Guerra Mundial, la guerra fría, las guerras coloniales, el fascismo, el Holocausto y el comunismo. Estuve en Budapest en 1956, en Bolivia en 1968 y en Berlín en 1989. Ahora está el islamismo y la crisis del capitalismo. Spinoza dijo que había que mirar los acontecimientos de nuestra vida sub specie aeternitatis y me encantaría, pero no es siempre posible. Algunas veces es mejor leer poesía que mirar los periódicos.
3. No soy un experto en finanzas. He visto cómo gran parte de la costa española era destruida por un codicioso y sin sentido boom de la construcción. Si los políticos que iniciaron la UE hubieran optado por una unión fiscal, no estaríamos inmersos ahora en este contagioso desastre, pero era demasiado pronto para crear una federación que nadie deseaba realmente. El nacionalismo y el mantra de la soberanía todavía son muy poderosos. Se habla mucho acerca de los mercados, pero deberíamos darnos cuenta de que nosotros mismos, nuestros Estados, nuestros bancos y nuestro fondo de pensiones, son el mercado. Vivimos en democracias, votamos, somos los amos y las víctimas. Solamente el inocente absoluto está exento de culpa.

Elena Poniatowska  (Escritora)

1. Lo primero que debe hacer un escritor es escribir bien. Un mal escritor no puede ayudarle a causa alguna. En México es difícil separarse de lo que le sucede al país. Supongo que lo mismo pasa en otros países de América Latina. La realidad se mete a la casa y la invade, la gente está siempre pendiente de lo que hace un escritor y lo convierte en figura pública. Lo incluye en encuestas, le pregunta qué come y con qué duerme. Tanto a Octavio Paz como a Carlos Fuentes, como a Rosario Castellanos, les pidieron que fueran embajadores de México en el exterior. Muchos intelectuales solo se preocupan por sí mismos. Para no tener problemas no participan en la vida del país. Solo hablan de su obra y su lucha, es ante todo por su propio bienestar y sus prebendas. Estar en la oposición es un error que el poder castiga. No hay reconocimiento para el opositor.
2. En México hay un abismo entre una clase social y otra y seguimos siendo racistas en contra de nosotros mismos. Solo hubo en el pasado, en los 31 Estados de la República y en el Distrito Federal, un gobernador indio, moreno después de Benito Juárez y ese fue el gobernador de Oaxaca, Heladio Ramírez. México se ha vaciado de campesinos y trabajadores. Los mexicanos más pobres se van a California, a Texas y hasta a la frontera con Canadá. Buscan el respeto, el amor y sus alimentos terrestres (y espirituales) en otra tierra que no es la suya porque su país les ha fallado. Dejar el propio país es una desgracia. El éxodo es ahora un rasgo definitorio de nuestro siglo, los países se van destejiendo como lo hacen las mujeres que tejen, se equivocan y vuelven a usar la misma lana. Nuestro problema es que no sabemos si habrá lana ni borregos.
3. Compro, luego existo y si ya no tengo para comprar ya no existo y si nunca tuve nada tampoco existí. Jesusa Palancares, la protagonista de la novela Hasta no verte Jesús mío, decía: “Soy basura a la que el perro le echa una miada y sigue caminando”. Esa respuesta de una mexicana que participó en la Revolución de 1910 es significativa. ¿Qué le dio la Revolución? ¿Qué nos dio a nosotros el capitalismo? ¿Qué el comunismo? Creo en el amor, no en los ismos, creo que el otro merece el trato que nosotros nos damos a nosotros mismos.

Jorge Volpi (Escritor)

1. Su papel ha disminuido considerablemente, comparado con el que detentaron en el siglo XX. El triunfo de las democracias liberales ha provocado que los “intelectuales” ya no sean las únicas voces críticas que expresen públicamente su opinión, y que en nuestros días sean expertos en ciencias sociales (politólogos, sociólogos, historiadores, etcétera) quienes ocupen el foro público, al lado de los llamados “opinadores profesionales”, los tertulianos que aparecen en los medios sin poseer una obra artística o científica relevante. El papel actual de los intelectuales debería ser contribuir al debate público con opiniones informadas sobre asuntos de interés general, pero sin asumir ya el papel de “vanguardia de la sociedad”.
2. No sé si estamos en una situación de crisis de valores universales, sí que estamos frente a una crisis general de las democracias liberales, tanto en términos políticos como económicos. No es fácil ofrecer una receta, aunque por lo menos debemos ser capaces de reconocer cuáles han sido las causas que nos han llevado hasta aquí, en especial el triunfo del modelo neoliberal con el consecuente predominio del individualismo a ultranza y el olvido de los valores de solidaridad que Occidente defendió frente al modelo comunista.
3. Creo que el relato de lo que ocurre está aún en formación, estamos quizás todavía demasiado cerca de la crisis (cuyo inicio podemos situar en 1989, con la caída del muro de Berlín, y su clímax en 2008, con la caída de Lehman Brothers). Pero justo corresponde a los novelistas —y en otro sentido, a los historiadores— elaborarlo en los años que vienen.

Jonathan Franzen (Escritor)

1. Me siento un poco como alguien que trabaja en una fábrica y vienen a preguntarle cuál debe ser la función de los trabajadores hoy en día. Supongo que debe ser un rol parecido. En cada caso la respuesta debe ser la misma: ser un buen ciudadano, prestar atención a lo que sucede y votar. Hay algo que diferencia mi situación del que hace muebles y es que como ciudadano siento cierta responsabilidad para hablar de las formas de injusticia que son importantes para mí. No creo que los norteamericanos busquen consejos políticos de los escritores. Para los americanos esa es una idea ridícula, así como pedirle a un fabricante de muebles que arregle el mundo. Su respuesta sería: “Así es como yo ayudo, haciendo los muebles lo mejor que puedo”.

Victoria Camps (Filósofa)

1. Los intelectuales de hoy son los periodistas que escriben artículos de opinión, participan en tertulias y en debates. Siguen contribuyendo, como siempre, a formar opinión, pero a través de los medios de comunicación y, por lo tanto, subordinados a las exigencias de cada medio.
2. Supongo que al hablar de valores nos referimos a valores morales. No creo que esos valores estén ahora más en crisis. Lo que sí ocurre es que cada vez son valores más abstractos (por eso pueden ser universales) y requiere más esfuerzo vincularlos a prácticas concretas. ¿Remedio? Un cambio de paradigma radical que conduzca a admirar más al responsable, honrado y decente, que al corrupto y codicioso.
3. Tenemos un diagnóstico de lo que ha ocurrido y por qué. Quizá falta el relato del tratamiento más adecuado para salir de la crisis y, lo que es más importante, no volver a poner las condiciones para caer en algo parecido otra vez.

Milagros del Corral (Delegada de la Unesco para el libro digital)

1. La sociedad española no destaca por su aprecio a los intelectuales —de los que tampoco andamos sobrados— y que más bien inspiran recelo. Quizás por esta razón, estos vienen manteniendo un perfil bajo, sobre todo desde el principio de la crisis dejando el territorio del pensamiento en manos de los economistas. Actualmente, su misión ha sido okupada de alguna manera por los “indignados” que no plantean su rebeldía desde un riguroso análisis intelectual sino desde lo visceral de sus experiencias.
2. La crisis de valores es ante todo la crisis del pensamiento europeo y la estruendosa abdicación de la defensa de estos valores por parte de unas Naciones Unidas envejecidas. Europa es hoy “l’Europe des épiciers”, más preocupada por la pérdida de valor adquisitivo de sus ciudadanos y de su peso político a nivel global. El sueño europeo, porque se quedó en los cimientos mercantiles que ahora se tambalean peligrosamente, se está desmoronando ante nuestros ojos sin haber alcanzado sus ideales fundadores porque hemos perdido el relato y la fe en la fuerza de nuestro pensamiento y en el poder de las ideas cuando más falta nos hacían.
3. Echamos en falta ese relato coherente precisamente por haber decidido que solo se trata de un fenómeno pasajero puramente económico, cuando el verdadero problema tiene tanto o más que ver con modos de vida insostenibles y modelos sociales importados, que los españoles no supimos asimilar inteligentemente, abandonándonos de forma acrítica al disfrute materialista y a un individualismo exacerbado. No se trata de flagelarnos sino de hacer un “examen de conciencia” sobre los errores pasados, y un “propósito de la enmienda” que parta del reconocimiento de quiénes somos y de dónde venimos, sin cainismos ni derrotismos, con un mínimo de perspectiva histórica, para construir sobre bases sólidas la visión de quiénes podemos ser. No importa tanto de quién sea la culpa de lo que pasó porque, en buena medida, la culpa es de todos. En efecto, el relato de la España del siglo XXI está por escribir.

Daniel Divinsky (Editor)

1. Rancière escribió: “Actuar con el pensamiento es propio de todos, por ende, de nadie en particular (…). En este sentido, nadie tiene derecho a hablar como intelectual, lo que equivale a decir que todo el mundo lo es”. Esta afirmación es indiscutible, por lo cual ese papel es el de cualquier ciudadano, con el agregado como “misión”, de que, al manejar mejor —se supone— la palabra, deberían poner en letras los pensamientos de la comunidad.
2. “De las tres causas de la Revolución Francesa, enumeraré 99”, habría dicho un estudiante en un examen provocando una crisis terminal a su profesor (según Chamico, humorista argentino). Como no tengo espacio para describir las 99, me remito a lo que expresan Hobsbawm, Chomsky, Krugman y Stiglitz, con cuyas visiones coincido también en cuanto a posibles remedios.
3. Dejó sin relato coherente a los voceros de los países y sectores sociales dominantes, que habían comprado antes, sin reticencias, la fábula del progreso y el crecimiento infinitos. Hay otros relatos, muy coherentes, que vienen de orientaciones ideológicas diferentes.
Ariel Dorfman(Escritor)
1. Cuidado con los preceptos y el deber ser, pero si tengo que elegir una sugerencia: no aburrir a muerte a nuestros lectores y congéneres mientras balbuceamos entre todos una salida veraz y compleja y plural a la crisis.2. No hay medios ni reparación mientras la pregunta se formule en forma tan abstracta, sin tomar en cuenta a la gente y su sufrimiento, no hay salida si no volvemos a colocar a la ética en el centro de nuestra búsqueda.3. Relatos hay. Lo que falta son las agallas y la generosidad intelectual para combatir la colectiva enfermedad del miedo.

José Manuel Sánchez Ron (Historiador de la ciencia)

1. En un mundo en el que la información nos inunda, y en el que esta se confunde con la opinión crítica e informada, una opinión atenta siempre a la situación actual y al futuro que se aproxima, pero que no ignora las lecciones que se extraen de la historia, el intelectual debería esforzarse por ser un faro que estimule el pensamiento crítico relativo al mundo presente y próximo, planteando cuestiones y presentando sus propias respuestas.
2. Un factor que ha contribuido a tal situación es una deformación de uno de los grandes logros de la historia de la humanidad, que se vio reforzado, afortunadamente, durante el siglo XX: la igualdad de derechos. Muchos han entendido esto en el sentido de que cualquier argumento es defendible sin más, por el mero hecho de tener el derecho de expresarla. Y esto, en mi opinión, no es así: todos tenemos el derecho de expresar opiniones y sustentar valores, pero sin argumentarlos cuidadosamente, no todos esos valores son equiparables. No veo otra forma de remediar esta situación —que favorece la dispersión y el desconcierto— que a través de una educación que no confunda derechos con valores, y que enseñe toda la historia y esfuerzos argumentativos que existen detrás de los valores que se han considerado o consideran “universales”, aunque por supuesto estos sean revisables, sujetos algunos, o muchos de ellos al momento histórico.
3. No disponemos aún de un relato coherente de lo que está sucediendo, y ello porque no sabemos bien quiénes son los protagonistas de esta crisis, o al menos algunos de ellos. Ni siquiera sus centros neurálgicos. Y tampoco somos capaces de identificar las relaciones de causa-efecto, algo imprescindible a la hora de establecer cualquier relato coherente. Todo esto es en buena medida consecuencia de la tecnología de las comunicaciones que se han desarrollado. La globalización que esas tecnologías han producido ha hecho posible un desplazamiento e indeterminación de muchos y nuevos centros de poder, haciendo que el poder político tradicional ocupe un lugar menos central, y que no sepamos bien dónde se halla el poder económico, el que, parece, mueve hoy realmente los “hilos” del mundo.

José Manuel Blecua (Director de la Real Academia Española)

1. Habría que saber qué se entiende hoy por intelectuales porque esa referencia, tal como la hemos conocido, se ha desdibujado por completo. Es probable que para muchos ciudadanos lo más parecido a un intelectual sea, no sé, el autor de una de esas guías de autoayuda, tan de moda, o el tertuliano que dicta sentencias desde un canal de televisión. La misión del intelectual, al margen de todos los cambios sociales y tecnológicos, debería ser la clásica: una voz crítica, con autoridad moral, capaz de reflexionar y hacer propuestas originales y solventes sobre la sociedad y sus circunstancias.
2. No habría que demonizar la palabra crisis. No tiene por qué ser sinónimo de hundimiento ni de fatalidad. La segunda acepción de nuestro diccionario puede resultar útil para darle un sentido más positivo al término porque no es catastrofista. Dice el DRAE sobre crisis: “Mutación importante en el desarrollo de procesos, ya de orden físico, ya históricos o espirituales”. Y esto es lo que ocurre: estamos viviendo una época de profundos cambios, de transformaciones sociales y económicas que se producen a una velocidad de vértigo y que afectan a millones de personas. Esa es la gran diferencia frente a otros momentos: todo sucede muy deprisa, sin tiempo de asimilación, y afecta a muchísimos seres humanos, es global. Ya me gustaría a mí conocer posibles remedios. Solo se me ocurre decir que saldremos adelante, de eso estoy seguro, con esfuerzo y con innovación. Será imprescindible mejorar los sistemas educativos, la enseñanza, y no olvidar principios tan básicos como la honestidad, la solidaridad y la justicia.
3. No estoy tan de acuerdo en esto último. El “fenómeno”, si por tal entendemos lo que está sucediendo con la denominada crisis, sí que se está contando, hay mucho relato, incluso excesivo. Se escribe y se habla, se opina a todas horas y en todas partes. A lo mejor hemos de ir más despacio, pararnos a pensar, separar las voces de los ecos, según el consejo machadiano. Decía don Camilo José Cela que España, al menos en su época, era un país de arbitristas, de gente aficionada a discurrir planes disparatados para arreglar el mundo. Sin compartir del todo la exageración de don Camilo, algo de razón sí que tenía. Hemos de dar menos consejos, menos soluciones mágicas, y trabajar mejor, cada uno en nuestro campo y de acuerdo con nuestras responsabilidades.

Bernardo Atxaga (Escritor)

1. No hay espacio para intelectuales como los de antaño. No vivimos en el desierto, en una sociedad en la que una mayoría carece de expresión (como en los días de Zola); vivimos en una selva con infinidad de voces, y lo que abunda es el “microintelectual”, persona que escribe artículos o libros y hace lo que puede en favor de tal o cual causa, generalmente poco.
2. Siempre ha sido así. Cuando Hesíodo escribió el Mito de las edadesjuzgó que su época pertenecía a la edad de hierro; las otras edades, sobre todo la de oro, solo habían tenido realidad en un pasado muy remoto. En cuanto a los remedios, lo mejor es empezar por uno mismo.
3. El relato existe, y basta leer a los socialistas (como los de antaño, se entiende) o a los seguidores de la escuela de Keynes (James K. Galbraith, por ejemplo) para conocerlo. Esquemáticamente, la causa principal de la crisis hay que buscarla en el modelo económico de la Escuela de Chicago (“el mercado es capaz de autorregularse”, etcétera) y en la ideología política concomitante (derecha y extrema derecha).

Santiago Auserón (Músico)

1. El intelectual ha quedado fuera de juego a finales del siglo XX. En otro tiempo era el letrado que aconsejaba a los tiranos, el clérigo que intervenía en el control de la moral pública, el pensador de la revolución. Ahora apenas puede ejercer como maestro de escuela o como estrella mediática de quinto orden.
2. El modelo económico americano, reforzado tras la Segunda Guerra Mundial, se independiza de esa tradición. La ciencia depende de los tecnócratas y de los grandes especuladores, bajo el supuesto de que la inercia del dinero guía a la humanidad mejor que los saberes tradicionales. La única solución es que la ciencia vuelva a aliarse con las artes y las letras, convirtiendo el conocimiento en bien público.
3. La especulación con valores numéricos no necesita relato. La gente necesita, sin embargo, además de dinero, una puesta al día de la fantasía, de la capacidad de representar el mundo. Todos manejamos programas de imagen y sonido para hacer cosas banales. Quizá llegue un momento en que los chavales puedan aplicar lo que aprenden con los aparatos al discurso político y a las relaciones sociales.

Yuri Herrera (Escritor)

1. “Los intelectuales” no son ya esos profetas encerrados en claustros: entre los intelectuales profesionales hay, sí, escritores de libros pero también de blogs, autores de cómics, diseñadores de sitios de Internet y activistas en favor de la libertad de información.
2. No sé si se puede seguir hablando de una “misión”, como si hubiera una obligación religiosa, pero sí creo que una de las labores es articular discursos que no solo ayuden a conjurar el caos sino a pensar otro tipo de orden social. A veces pareciera que vivimos la utopía de Cándido y sí es este el mejor de los mundos, porque no hay manera de desentrañar sus mecanismos y lo que queda es acomodarse a ellos. Ante eso, hacer preguntas incómodas y no permitir que sus opiniones estén maniatadas por el cheque quincenal.
3. Tal vez la crisis se derive de la contemplación del lugar al que nos llevaron esos valores: la opresión religiosa, la pesadilla de la razón en el siglo XX, por ejemplo. Si por remedio se entiende construir otro conjunto de valores que todos deben compartir, creo que esa solución ya no es factible. Los Grandes Relatos, incontestables y solemnes, están sometidos a la crítica más feroz. Y entre ellos incluyo a la Tecnología, que para muchos es la nueva panacea o la nueva ficción religiosa. Y esa crítica debe implicar ponerle nombre a las atrocidades cotidianas con las que convivimos como si fueran ineludibles (la súper explotación laboral no como un accidente sino como la norma entre las compañías más “respetables”, los genocidios, la devastación ambiental) y confrontar a sus responsables. Es a partir de esta clase de acciones como van produciéndose esos valores, no al contrario.http://www.facebook.com/

miércoles, 15 de febrero de 2012

Texto completo de la Reforma laboral 2012

Texto comple

El Consejo de ministros ha aprobado el Real Decreto Ley de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral .


Objetivos de la reforma

Los objetivos de la reforma son los siguientes:

Frenar en el corto plazo la sangría de destrucción de empleo que está sufriendo España.
Poner las bases para la creación de empleo estable cuanto antes.
Apostar por el empleo de calidad que rompa la dualidad del mercado de trabajo.
Poner en marcha mecanismos efectivos de flexibilidad interna en las empresas para promover el mantenimiento del empleo.
Modernizar la negociación colectiva para acercarla a las necesidades específicas de empresas y trabajadores.
Reconocer un nuevo derecho individual de los trabajadores a la formación.
Elevar las oportunidades de las personas desempleadas, con particular atención a los jóvenes y los parados de larga duración.
Sumar los esfuerzos de todos aquellos que pueden colaborar en la búsqueda de un puesto de trabajo.
Apoyar a los autónomos y Pymes, proporcionando mayor flexibilidad y capacidad de adaptación.
Reforzar los mecanismos de control y prevención del fraude en el cobro de las prestaciones por desempleo.
Combatir el absentismo laboral injustificado.

MEDIDAS MÁS DESTACADASMÁS EMPLEO

Sumar los esfuerzos de todos aquellos que pueden colaborar en la búsqueda de un puesto de trabajo. Se autoriza a las Empresas de Trabajo Temporal para actuar como agencias privadas de colocación (colaboración público-privada), ya que cuentan con una amplia red de sucursales distribuidas por todo el territorio y con amplia experiencia en el mercado de trabajo. Los objetivos son los siguientes:

- Contribuir a reducir la duración media del desempleo.

- Mejorar la calidad de los emparejamientos, de forma que los trabajadores tendrán acceso a empleos más adecuados a sus características, y las empresas encontrarán a los trabajadores mejor preparados para los puestos ofertados.

- En ningún caso las Empresas de Trabajo Temporal cobrarán a los trabajadores.
MÁS DERECHOS

Derecho a la formación. Para mejorar la empleabilidad de los trabajadores se introduce el derecho a la formación. El objetivo es tratar de evitar que un cambio tecnológico o de otro tipo suponga el despido del trabajador, así como fortalecer la preparación profesional de los trabajadores.

- Se introduce el derecho de trabajadores con más de un año de antigüedad a un permiso retribuido de veinte horas anuales de formación. El contenido de la actividad formativa debe estar vinculado al puesto de trabajo.

- Se crea una cuenta formación en la que se recogerá la formación recibida por el trabajador a lo largo de su vida activa.

- Los centros y entidades de formación acreditados podrán también ejecutar directamente los planes de formación a nivel estatal y autonómico.

- Futuro desarrollo de un Cheque-Formación.

Impulso del contrato para la formación y el aprendizaje. El desarrollo de esta modalidad de contrato tiene por objeto reducir el elevado desempleo juvenil y mitigar los efectos del abandono temprano de los estudios.

- Se amplía la edad máxima para tener acceso a este tipo de contrato. Se ha tenido en cuenta la prolongación de los periodos de estudio y la elevada tasa de desempleo en el colectivo de menores de treinta años hasta que la tasa de desempleo baje del 15 por 100.

- Tras agotar un período de formación en una actividad, el trabajador podrá utilizar esta modalidad de contrato en otros sectores, lo que mejora su empleabilidad y permite una segunda oportunidad.

- El trabajador podrá recibir la formación en la propia empresa, si dispone de instalaciones y personal adecuado.
MÁS EMPLEO ESTABLE

El objetivo es promover la contratación indefinida, especialmente en favor de los jóvenes:

Contrato indefinido de apoyo a los emprendedores. Se trata de un nuevo contrato indefinido para Pymes y Autónomos (empresas de hasta cincuenta trabajadores). Este tipo de empresas suponen el 95 por 100 del tejido productivo. Se propone:

- En este contrato tendrá un período de prueba de un año, lo que facilitará la contratación indefinida por parte de las PYMES y Autónomos

- La empresa tendrá derecho a una deducción en su cuenta fiscal de tres mil euros cuando contrate a su primer trabajador, siempre que tenga menos de treinta años.

- Los emprendedores que contraten a un trabajador en paro podrán deducirse fiscalmente el 50 por 100 de la prestación por desempleo que viniera cobrando el trabajador durante un año. Por su parte, el trabajador podrá voluntariamente percibir, junto con su sueldo, el 25 por 100 de la prestación por desempleo durante el mismo periodo.

- Bonificaciones dirigidas a colectivos desempleados con especiales dificultades para su incorporación al mercado laboral. Las medidas son las siguientes:

Para fomentar la contratación de jóvenes, con una tasa de desempleo cercana al 50 por 100: bonificación en la cuota de la Seguridad Social de hasta 3.600 euros a la contratación indefinida de jóvenes entre dieciséis y treinta años durante tres años. La bonificación se incrementa conforme aumenta la antigüedad del trabajador:

Un año: 1.000 euros

Dos años: 1.100 euros

Tres años: 1.200 euros

Se aplicarán 100 euros más al año si el trabajador es mujer en sectores donde este colectivo está poco representado.

Para fomentar la contratación de parados de larga duración: bonificación de hasta 4.500 euros a la contratación indefinida de desempleados de larga duración mayores de 45 años (desempleados, al menos, 12 meses de los 18 anteriores):

Un año: 1.300 euros

Dos años: 1.300 euros

Tres años: 1.300 euros

Cuando los contratos se concierten con mujeres en sectores donde este colectivo está poco representado, las bonificaciones indicadas se elevan a los 1.500 euros.

Limitación del encadenamiento de contratos temporales. A partir del 31 de diciembre de 2012 se recupera la prohibición de encadenar contratos temporales más allá de los veinticuatro meses.

Modificación del contrato a tiempo parcial. Impulso de la utilización de este contrato que favorece que los trabajadores puedan compatibilizar mejor el empleo con los estudios y con su vida familiar y personal. Se admite la posibilidad de que se realicen horas extraordinarias en este tipo de contratos. Por ejemplo, es habitual esta figura en contratos de hostelería para afrontar picos de trabajo durante determinados periodos.

Regulación del teletrabajo. Se regula por primera vez en España el teletrabajo, salvaguardando el derecho a la formación de estos trabajadores. Se garantiza el derecho a una retribución equivalente a los que trabajan de forma presencial en el centro de trabajo y a ser informados de las vacantes en puestos presenciales existentes.

MÁS FLEXIBILIDAD INTERNA EN LA EMPRESA

Que las empresas y los trabajadores superen juntos la crisis: se trata de facilitar la adaptación de las condiciones laborales a la realidad de la empresa. Además, tratará de corregir la actual dualidad del mercado de trabajo, en el que una parte de los trabajadores se encuentra muy protegida frente a la otra.

Clasificación profesional y movilidad funcional. Se elimina el rígido sistema de clasificación de trabajadores por categorías profesionales y se generaliza el sistema de grupos profesionales, con lo que se facilita la adaptación de los trabajadores a nuevas funciones.

Los grupos profesionales definidos ampliamente favorecen la movilidad interna y suponen una oportunidad para que el trabajador adquiera experiencia en otros ámbitos de actividad donde sus habilidades pudieran ser semejantes o, incluso, mayores. Por ejemplo, dentro de un determinado grupo profesional, un trabajador podrá desempeñar diferentes funciones y puestos en una misma empresa..

Mejora de la movilidad y facilidad para la modificación de condiciones de trabajo:

- Movilidad geográfica, con condiciones objetivas para seleccionar a aquellos trabajadores con menores cargas familiares.

- Se facilita que un empresario pueda:

Modificar la jornada de trabajo, el horario y sistema de rendimiento, entre otros.
Con el objetivo de evitar el despido, se simplifican los trámites para reducir la jornada de trabajo o suspender el contrato como mecanismo de ajuste ante situaciones de disminución de la demanda. Se elimina la autorización administrativa necesaria para llevar a cabo la medida.
Para ayudar a las empresas en situaciones económicas adversas, se establece una bonificación del 50 por 100 de las cuotas empresariales a la Seguridad Social de los trabajadores afectados por la suspensión o reducción de jornada, con una duración de 240 días máximo y condicionada a la estabilidad en el empleo (al menos, un año).
Si la empresa extingue finalmente los contratos, los trabajadores no ven mermado su derecho a la prestación por desempleo, ya que se establece la reposición de las prestaciones (contador 0) hasta un máximo de 180 días. Por ejemplo, si una empresa suspende los contratos de trabajo o reduce la jornada de trabajo, los trabajadores perciben la prestación por desempleo durante el tiempo que dure la medida. En el caso de que la empresa no supere la situación y tenga que extinguir de forma definitiva los contratos, el trabajador tiene derecho a que se le repongan los días de su prestación por desempleo consumidos durante la suspensión.

Modernización de la negociación colectiva. En la línea de ahondar en la flexibilidad interna de las empresas, que haga que el despido sea el último recurso se acomete una reforma de la negociación colectiva:

- Se introduce la prioridad de los convenios de empresa, de forma que, independientemente de lo que se pacte a nivel superior, los representantes de los trabajadores y el empresario pueden consensuar un convenio de empresa que se adapte a sus necesidades y particularidades. Este acuerdo tendrá prioridad sobre cualquier otro.

- Facilitar a las empresas en dificultades la no aplicación del convenio de ámbito superior (descuelgue): en caso de que no exista acuerdo, las partes irán a la solución extrajudicial de conflictos y, en su caso, al arbitraje si lo han pactado en el convenio colectivo. De no ser así, cualquiera de las partes podrá elevar el desacuerdo a la Comisión Consultiva de Convenios Colectivos nacional o sus equivalentes autonómicos, que nombrará un árbitro que resolverá en un máximo de veinticinco días.

- Para favorecer la negociación y la consecución de los acuerdos, las partes deberán negociar un nuevo convenio en el plazo máximo de dos años. A partir de esa fecha, el convenio ya no estará vigente, por lo que se pone fin a la ultractividad indefinida de los convenios.

MÁS EFICACIA DEL MERCADO DE TRABAJO

Se busca armonizar nuestra legislación con la de los países de nuestro entorno y lograr una mayor eficacia del mercado de trabajo, de tal forma que se fomente claramente la contratación indefinida y, por tanto, se evite la dualidad laboral.

Extinción de la relación laboral por causas empresariales

- Se clarifican las causas del despido para evitar la excesiva judicialización.

- Se elimina la autorización administrativa previa, en línea con la práctica de los países europeos.

- Se abre la posibilidad de que los organismos y entidades que forman parte del sector público invoquen causas económicas, técnicas, organizativas y de producción. Esta medida pretende facilitar el redimensionamiento de aquellas estructuras administrativas que crecieron desmesuradamente durante la fase de fuerte crecimiento económico y que no son sostenibles desde un punto de vista financiero en el momento actual, ni existe una previsión de que lo sean en los próximos años.

Reducción de la dualidad en el mercado de trabajo

- A partir de la reforma, se generaliza la indemnización por la extinción del contrato indefinido a 33 días por año trabajado en caso de despido improcedente, con un máximo de 24 mensualidades.

Se respetarán los derechos adquiridos de los trabajadores: para los contratos antiguos, la nueva indemnización sólo será de aplicación para el periodo de trabajo que se realice a partir de la aprobación de la presente norma. Estos contratos conservan el derecho a obtener una indemnización de hasta 42 mensualidades.
Esta nueva indemnización se aplica con carácter general SÓLO a los nuevos contratos.

- La indemnización por la extinción del contrato indefinido será de veinte días por año trabajado en caso de despido procedente por causas objetivas, con un máximo de doce mensualidades.

- El Fondo de Garantía Salarial sólo cubrirá la extinción de los contratos por despidos procedentes en Pymes.

- Se refuerza el derecho a la formación: se exige que el empresario, cuando lleve a cabo una modificación técnica a la que se deba adaptar el trabajador, le ofrezca un curso para que pueda formarse. Dicho periodo formativo suspende el contrato y el trabajador cobra su salario. Únicamente se podrá despedir al trabajador por falta de adaptación si antes se ha facilitado esta formación sin resultados.

- Se incorpora la obligación para empresas que despidan a más de 100 trabajadores de articular un plan de recolocación externa diseñado para un periodo de, al menos, seis meses.


MÁS CONTROL Y LUCHA CONTRA EL FRAUDE

Lucha contra el fraude. El objetivo es activar mecanismos que permitan combatir el fraude y la economía sumergida. Se propone:

- Cumplimiento estricto de la Ley: Plan especial de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.

- Se impulsará que los desempleados que estén cobrando la prestación realicen servicios de interés general en beneficio de la comunidad a través de convenios de colaboración con las Administraciones públicas.

Absentismo. El objetivo es combatir comportamientos individuales de absentismo injustificado que ocasionan a la empresa un elevado coste económico y organizativo. Se propone:

- Se elimina la vinculación del grado de absentismo del trabajador y la plantilla para justificar el absentismo como causa de despido. A partir de ahora sólo se tendrá en cuenta el absentismo del trabajador.

- Mejorar la eficacia de la evaluación de la incapacidad temporal a través de las mutuas de accidentes de trabajo.


MÁS EMPLEO PARA JÓVENES

Capitalización de la prestación por desempleo. Se posibilita la capitalización del 100 por 100 de la prestación por desempleo para jóvenes de hasta 30 años y mujeres de hasta 35 años que inicien una actividad como trabajadores autónomos.

INDEMNIZACIONES A DIRECTIVOS DE LAS ENTIDADES DE CRÉDITO

Se incluye en este Real Decreto Ley una limitación a las indemnizaciones por cese de actividad de los directivos de las entidades de crédito. Siguiendo recomendaciones UE, no podrán superar la menor de las siguientes cuantías: dos veces las bases máximas resultantes de las aplicaciones de las reglas aprobadas por el Real Decreto Ley de saneamiento del sector financiero o bien dos años de remuneración fija estipulada. Es decir, se establece un límite de dos años a la indemnización que van a cobrar cuando cesen su actividad. Si el directivo es objeto de expediente sancionador conforme a la Ley de Disciplina e Intervención bancaria, su cese será considerado como un despido disciplinario y no tendrá derecho al cobro de indemnización de ningún tipo.

INDEMNIZACIONES DEL PERSONAL DIRECTIVO DEL SECTOR PÚBLICO ESTATAL

El Real Decreto Ley incluye también una disposición adicional por la que se establece que, en las extinciones de contratos mercantiles y de alta dirección de los presidentes y consejeros delegados de las entidades del sector público estatal, así como en las de los de su personal directivo, por desistimiento del empresario o empleador, sin necesidad de reflejar causa alguna que lo justifique, no se podrá incluir ninguna cláusula que suponga una indemnización superior a siete días por año de servicio de la retribución anual en metálico, con un máximo de seis mensualidades.

> Chat: envíe ya sus preguntas al ex ministro de Trabajo Valeriano Gómez

Enlaces de interés:

Caldera: "Es una reforma agresiva contra los derechos de los trabajadores"

Niño Becerra: esta reforma cava "más hondo" la fosa del paro

Los sindicatos califican de "brutal" el reformazo

La CEOE califica de "profundo" el 'reformazo' laboral

Los autónomos aplauden la reforma pero quieren más medidas


to de la Reforma laboral 2012

viernes, 3 de febrero de 2012

LE CONDENAN A 0.79 DIAS POR ASESINATO QUE COMETIO ¿ JUSTICIA ?


Kaing Guek Eav, director del principal centro de detención y tortura del régimen de terror de los jemeres rojos de Pol Pot (1975-1979), ha sido condenado hoy a cadena perpetua, después de que el tribunal supremo respaldado por la ONU que le ha juzgado haya rechazado su apelación y haya elevado la pena de 19 años que le fue impuesta en julio de 2010. Los jueces afirman que han extendido la condena a prisión de por vida por el carácter “espeluznante y horrible” de los crímenes cometidos contra el pueblo de Camboya.
El tribunal, reunido en Phnom Penh, ha dictaminado que Kaing Guek Eav –alias Duch-, de 69 años, debe asumir toda la responsabilidad por la muerte de unas 14.000 personas que fueron torturadas en la cárcel de Tuol Sleng –también conocida como S21– antes de ser enviadas a los llamados ‘campos de la muerte’ en las afueras de la capital camboyana, donde fueron ejecutadas. Las torturas utilizadas en la antigua escuela –en muchos casos, en presencia del propio Duch, y a veces con su participación- incluyeron, entre otros, violaciones, descargas eléctricas y arrancar las uñas con tenazas.
Duch entrenó, ordenó y supervisó a sus empleados para que llevaran a cabo “torturas y ejecuciones de prisioneros de forma sistemática” y mostró “entrega para refinar las operaciones en S-21, que era la fábrica de la muerte”, ha señalado el tribunal.
“La pena debe ser dura para evitar crímenes similares, sin ninguna duda entre los peores de la historia de la Humanidad”, ha dicho Kong Srim, presidente del tribunal, al leer la sentencia, informa Reuters. Duch ha escuchado la sentencia de pie y no ha mostrado ninguna emoción cuando el juez ha recitado la lista de barbaridades que cometió. Según los fiscales, podría solicitar un perdón tras haber cumplido 20 años de cárcel; es decir, dentro de unos siete años.
Duch fue encontrado culpable de crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra en julio de 2010 y fue condenado a 35 años, pero la pena fue conmutada inmediatamente a 19 años por el tiempo ya pasado en prisión y por su detención ilegal en una cárcel militar antes de que fuera establecido el tribunal de la ONU en 2005. La decisión causó furor entre las familias de las víctimas. La sentencia fue apelada tanto por los fiscales, que solicitaron una más dura, y por el condenado, que argumentó que el tribunal no tenía jurisdicción para juzgarle porque él no era un alto dirigente del régimen ultramaoísta de los jemeres rojos y solo cumplía órdenes.
Entre 1,7 millones y 2,2 millones de personas –un cuarto de la población– murieron en Camboya de hambre, extenuación en el trabajo, enfermedades y ejecuciones durante el reinado de terror de Pol Pot.
El régimen de los jemeres rojos intentó transformar el país en una utopía agraria comunista, para lo cual vació ciudades y envió a sus habitantes a trabajar en comunas, cerró las escuelas, abolió el dinero y la propiedad privada, y eliminó a los sospechosos de ser intelectuales. El caos social y económico que siguió no hizo más que alimentar la paranoia de los dirigentes, que intensificaron la caza de cualquiera sospechoso de traición. Miles de camboyanos fueron encarcelados y torturados en Tuol Sleng para obligarles a confesar que eran enemigos de la revolución o espías al servicio de Estados Unidos.
En enero de 1979, cuando las tropas de Vietnam que ocuparon el país y pusieron fin al régimen llegaron a Phnom Penh, Duch huyó a la jungla cerca de Tailandia. Allí se ocultó en un campo de refugiados. Años después, se trasladó con su familia a la ciudad de Svay Chek, donde se hizo pastor evangelista. Aunque su paradero era conocido, no fue detenido hasta mayo de 1999, tras conceder una entrevista. Al inicio del juicio, confesó haber sido el responsable del S-21 y pidió perdón públicamente, pero solicitó ser absuelto, lo que, según los fiscales, demuestra su falta de arrepentimiento.
Su condena a cadena perpetua será vista como una victoria para el tribunal encargado de juzgar a los líderes de los jemeres rojos, que ha estado rodeado de polémica. Desde su creación, ha sido acusado de retrasos, mala conducta, apatía y aceptar interferencias políticas.
Los jueces también han sentado también en el banquillo a tres de los máximos líderes del régimen para responder a las acusaciones de genocidio, crímenes contra la humanidad, persecución religiosa, homicidio y tortura. Son el ideólogo y ‘Hermano número dos’, Nuon Chea, el ex ministro de Exteriores Ieng Sary y el ex presidente Khieu Samphan. Los tres tienen más de 80 años, y muchos camboyanos temen que no todos vivan lo suficiente para ver un veredicto, debido a los procedimientos largos y burocráticos del tribunal.
Khieu Samphan declaró en noviembre pasado que las acusaciones son “cuentos de hadas” porque la mayoría de los camboyanos apoyaban a Pol Pot y que actuó para defender a su país, después del golpe de estado de 1970, que instaló un Gobierno próximo a Estados Unidos, dirigido por Lon Nol. Nuon Chea negó igualmente todas las acusaciones y argumentó que la revolución de los jemeres rojos estaba destinada a salvar a Camboya del colonialismo y protegerla de la invasión por parte de Vietnam. Pol Pot, ‘Hermano número 1’, falleció en 1998 en una zona de la jungla cercana a Tailandia sin haber sido nunca juzgado.