miércoles, 2 de abril de 2014

CAPELLAN DE LA CARCEL DE TORRERO 1936-1942

Una plaza para el cura que presenció 1.700 fusilamientos

Zaragoza dedica una plaza al capellán de la cárcel de Torrero entre 1936 y 1942

"¡Tantos hombres para matar a tres mujeres!’, gritó una. Sonó la descarga cerrada. Les di la absolución, y antes de que el teniente descargara los tiros de gracia, me alejé caminando como un autómata”. El pelotón de fusilamiento ascendía a 24 hombres. Las tres mujeres eran Selina Casas, Margarita Navascués y Simona Blasco. Y el testigo que describe la atroz escena, un cura, Gumersindo de Estella, que presenció 1.700 fusilamientos en las tapias del cementerio de Torrero (Zaragoza) entre 1936 y 1942. “Como sacerdote y cristiano sentía repugnancia ante tan numerosos asesinatos y no podía aprobarlos”. Tampoco pudo impedirlos, pero dejó constancia de ellos en un estremecedor diario por el que ayer le homenajeó el Ayuntamiento de Zaragoza dedicándole una plaza en el cementerio de Torrero.
Gumersindo de Estella, nombre religioso de Martín Zubeldia (1880-1974), acompañaba a las víctimas en camioneta desde la cárcel hasta la tapia del cementerio y les daba la extrema unción entre el fusilamiento y el tiro de gracia. No solo presenció las ejecuciones, también el robo de niños, como describió en su diario: “¡Por compasión, no me la roben! Que la maten conmigo’, gritaba una. ‘¡No quiero dejar a mi hija con estos verdugos!’, exclamaba la otra. Se entabló una lucha feroz entre los guardias que intentaban arrancar a viva fuerza las criaturas del pecho y brazos de sus madres y las pobres madres que defendían sus tesoros a brazo partido”.
Los bebés tenían un año. Eran las hijas de Selina Casas y Margarita Navascués. Las acusaban de haber intentado escapar a la zona republicana el día anterior, 21 de septiembre de 1937. Dos monjas recogieron a las niñas después de que mataran a sus madres.
“Mi actitud contrastaba vivamente con la de otros religiosos, incluso superiores míos, que se entregaban con regocijo extraordinario y no solo aprobaban cuanto ocurría, sino que aplaudían y prorrumpían en vivas con frecuencia”, escribió Gumersindo de Estella en su diario. Había sido precisamente el enfrentamiento con sus superiores el que le había llevado a ser capellán de la cárcel de Torrero. Zubeldia discutió con el padre Ladislao Yabar, quien anunciaba con ceremonia: “Hoy comeremos gallinas requisadas en Gipuzcoa por nuestros valientes requetés”, y fue trasladado, como castigo, desde Pamplona a Zaragoza. Le costó casi un año que retiraran de la capilla el retrato de Franco que presidía el altar. Se retiró un tiempo por una úlcera. Cuando regresó, ya terminada la guerra, los fusilamientos seguían -cerca de 700 después de la contienda-  pero habían colocado unos sacos terreros tras la tapia porque las balas habían traspasado la pared y alcanzado los nichos.
En total, más de 3.543 republicanos fueron fusilados en aquel muro desde la madrugada del 19 de julio de 1936 hasta el 20 de agosto de 1946. No se dejó de matar ni un solo día, ni en nochebuena. En octubre de 2010 se inauguró en el cementerio una espiral con los nombres de todas las víctimas.
“Su diario es un documento único, extraordinario”, explica el catedrático de historia contemporánea Julián Casanova,autor de La Iglesia de Franco (Editorial Crítica). “Muestra la desazón desde dentro de un hombre de la Iglesia al ver el fervor guerrero de la institución, que se ha puesto al servicio de Franco”.
Zubeldia ocultó su diario hasta poco antes de su muerte, cuando hizo saber de él a otros sacerdotes. “Son cinco cuadernos, para nosotros, un tesoro”, explica el padre Tarsicio de Azcona, de 90 años. “Sufrió mucho. Él era un hombre del pueblo, un misionero popular”. El diario se publicó en un libro en 2003 gracias a Azcona y al también capuchino José Ángel Echevarría. El reconocimiento le llegó ayer, cuando se cumplían 75 años del final de la Guerra Civil, gracias a un acuerdo por unanimidad del Ayuntamiento de Zaragoza para dedicarle una plaza. El alcalde, Juan Alberto Belloch; Casanova y Azcona se reunieron para hablar de Gumersindo de Estella en el Teatro Principal. 

OTRA DE PIRATAS

Patrulleras de Gibraltar interceptan a la Guardia Civil en aguas españolas

La patrullera del instituto armado protegía a un buque del Instituto Oceanográfico Español

El Foreign Office llama a consultas al embajador de España en Londres

Un nuevo incidente en Gibraltar vuelve a poner de manifiesto las tensas relaciones entre España y Reino Unido en la zona. Una patrulla de la Guardia Civil, que acudió a una llamada de auxilio de un barco del Instituto Oceanográfico Español (IOE), fue interceptada con maniobras peligrosas por varias patrulleras gibraltareñas. A raíz de esto, el Foreign Office, el Ministerio de Asuntos Exteriores británico, ha llamado a consultas al embajador español en Londres, Federico TrilloEl Gobierno de Reino Unido ha calificado de "grave intrusión" el suceso, informaWalter Oppenheimer.
El buque había comenzado este martes a investigar la zona, haciendo sondeos, al límite de las aguas en litigio que reclama Gibraltar. Entonces, dos embarcaciones de la Royal Navy y otras dos de la Royal Police han intentado expulsarlos de la zona. Ante esto, los investigadores han llamado a la Guardia Civil para que les proteja. Un vídeo muestra las peligrosas maniobras de patrulleras gibraltareñas, que cortan reiteradamente el paso a la lancha del instituto armado español e impiden que se abarloe con el buque ecologista.
En Londres, el Gobierno británico convocó al embajador español, Federico Trillo, para expresarle la “extraordinaria preocupación” del Foreign Office por lo que el viceministro para Europa, David Lidington, calificó de “peligrosas maniobras”. Es la cuarta vez que Londres convoca al embajador español desde que Mariano Rajoy está al frente del ejecutivo.
“Estoy extraordinariamente preocupado por la incursión el 1 de abril en aguas territoriales británicas de Gibraltar de un barco estatal español de investigación que intentaba llevar a cabo labores de estudio”, declaró Lidington en una nota de prensa hecha pública a primera hora de la tarde por el Foreign Office. “Las acciones del barco de investigación no solo eran ilegales sino que estaba acompañado por un barco de la Guardia Civil española cuyas peligrosas maniobras supusieron un significativo motivo de preocupación por la seguridad en esas aguas”, añade.
Como es habitual en estos casos, habituales ya desde que estalló el actual conflicto con Reino Unido a propósito de Gibraltar, el Gobienro británico hace hincapié en que las aguas en las que se produjo el incidente están bajo soberanía británica y el viceministro subraya: “Condeno enérgicamente esta provocadora incursión y urjo al Gobierno español a que asegure que no se repetirá. El Gobierno de Su Majestad seguirá haciendo lo que considere necesario para defender la soberanía británica y los intereses de Gibraltar, su gente, su seguridad y su economía”
El buque oceanográfico recoge muestras de agua desde hace más de un lustro, unas tres veces al año y en los mismos puntos. Por megafonía, los gibraltareños les han pedido que salgan de lo que consideran sus aguas. Y los agentes españoles les han advertido de que ellos se quedan ahí porque el barco es español. Entonces se ha entablado una fuerte discusión, en la que los españoles han recriminado a los agentes gibraltareños el peligro de sus maniobras.
La organización Verdermar Ecologistas en Acción ha informado de que este martes las patrulleras del Gobierno de Gibraltar "impiden" desde esta tarde la labor de investigación de un barco del Instituto Oceanográfico Español (IOE) en "aguas jurisdiccionales españolas", "fuera de las aguas en litigio" que la colonia dice que son suyas.
El portavoz de Verdemar Ecologistas en Acción, Antonio Muñoz, ha explicado que el buque oceanográfico Ángeles Alvariño se encuentra a más de tres millas y media del sur de Punta Europa, en Gibraltar, lo que supone que está "fuera de las aguas en litigio" que el Gobierno de la colonia dice que son suyas. "Está en aguas jurisdiccionales españolas", ha asegurado.