domingo, 22 de marzo de 2015

MONICA LEWINSKY. 20 AÑOS DESPUES

Monica Lewinsky habla contra la cultura de la humillación en internet

La que fuera becaria de la Casa Blanca utiliza su historia personal para advertir del peligro de los linchamientos online

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“Cuando tenía 22 años, me enamoré de mi jefe”, dice Monica Lewinsky en una charla TED que dio el 19 de marzo con el título: "El precio de la vergüenza". Y añade: “¿Quién no ha cometido un error cuando tiene 22 años?”. La diferencia es que su error la colocó en el ojo de un huracán “político, legal y mediático como nunca se ha visto antes”, sobre todo teniendo en cuenta que su historia se publicó en enero de 1998 y fue "la primera vez que internet tomó el lugar de los informativos tradicionales para una historia importante”. (Los subtítulos del vídeo se pueden activar en la esquina derecha inferior. De momento sólo están disponibles en inglés).
Lewinsky explica que la tecnología y las ganas de juzgar trajeron “hordas de lapidadores virtuales. Sí, ocurrió antes de las redes sociales -matiza-, pero la gente podía comentar online y enviar historias y chistes crueles por correo electrónico”. Lewinsky admite que cometió errores, pero añade que “la atención y el juicio que recibí yo personalmente, no la historia, no tenía precedentes”. Cuando esto ocurrió, hace 17 años, “no tenía nombre. Ahora lo llamamos ciberbullying y acoso virtual”.
Esto significó que “de la noche a la mañana pasé de ser una figura completamente privada a una persona humillada públicamente en todo el mundo. Fui la paciente cero en la pérdida de reputación personal a escala global casi instantáneamente”. Además, internet lo recuerda todo. Cuando buscamos Monica Lewinsky en Google, ya sale esta charla TED, pero también se nos propone la búsqueda de su famoso vestido.
Un vestido que incluso se ha colado en el retrato oficial del presidente Bill Clinton, en una sombra que los persigue a ambos. Sólo que él siguió siendo el presidente, a pesar del impeachment, y ella ha pasado más de diez años en silencio. Esta etapa no ha sido fácil: le ha costado encontrar trabajo o, peor aún,tuvo que rechazar ofertas que no buscaban a Lewinsky, sino a la becaria del vestido azul para llamar la atención de la prensa en los eventos públicos de la compañía.
El año pasado rompió este silencio y escribió un largo artículo en Vanity Fair en el que ya expresaba su intención de utilizar su experiencia personal para ayudar a las víctimas de acoso online: ha llegado el momento "enterrar el vestido", escribió. Tal y como recoge el New York Times, esta licenciada en psicología social por la London School of Economics ha participado desde entonces en actos benéficos y talleres en contra del ciberacoso. Y en octubre dio una charla en un congreso organizado por la revista Forbescentrándose también en este tema.
Burlarse a cambio de un aplauso
Vivimos en una “cultura de la humillación” en la que “ha emergido un mercado en el que la humillación pública es una moneda y el oprobio una actividad económica", añade Lewinsky en su conferencia. "¿Cómo se hace el dinero? Con clics. Más vergüenza, más clics. Cuantas más visitas, más ingresos por publicidad”. Es decir, “alguien está ganando dinero con el sufrimiento de otras personas”.
Esta idea recuerda lo que explica Jon Ronson en su recién publicado So You’ve Been Publicly Shamed (“Así que te han humillado públicamente”). En este libro, Ronson habla con personas que han sido objeto de burla, escarnio e ira por culpa de un tuit desafortunado publicado a destiempo. Los que humillan en redes sociales “son felicitados instantáneamente”, según Ronson, y por eso continúan. No consiguen ingresos por publicidad, ni nada parecido. Sólo reciben “la atención de gente a la que no conocen”. Estos aplausos en forma de likes, favs y retuits ayudan a que el tema de conversación se retroalimente y las redes sociales se conviertan en una "camara de resonancia gigante donde lo que creemos se ve constantemente reforzado por gente que cree lo mismo".
Ronson añade que le sorprende sobre todo “la desproporción entre la gravedad del crimen y la alegre salvajada del castigo”, lo que podemos ver en casos más cercanos. Recordemos por ejemplo lo que le ocurrió al director de cine Nicolás Alcalá. Contestó mal (fatal) a la carta de un joven que le enviaba el currículum. Se disculpó por su respuesta, también personalmente, pero aun así recibió insultos, le hackearon algunas de sus cuentas y se publicaron datos de sus familiares, que no tenían culpa de nada.
Además, no sólo se trata de respuestas desproporcionadas a un error. En ocasiones, no hay falta que purgar, sino que se trata, simplemente, del placer que algunos sienten cuando humillan a alguien más débil. Lewinsky explica en su charla TED que comenzó a poner en perspectiva su historia personal cuando leyó lo ocurrido con el estudiante Tyler Clementi: su compañero de habitación en la universidad le grabó mientras mantenía relaciones con otro joven y compartió esa grabación. Clementi se suicidó.
La empatía, en crisis
Lewinsky nos recuerda que cada vez que pinchamos en un enlace, "tomamos una decisión. Cuanto más saturamos nuestra cultura con humillación pública, más la aceptamos. Y añade: “El deporte sangriento de la humillación pública ha de terminar”, para lo que hemos de volver a “la compasión y la empatía”.
Lewinsky cita al psicólogo social Serge Moscovici y su teoría de la influencia minoritaria, que explica que “incluso estando en minoría, el cambio puede ocurrir si hay consistencia en el tiempo”. Y esto se hace con gestos tan sencillos como “escribir un comentario positivo o informar de una situación de acoso”. Es decir, superando “la apatía del observador”, que nos lleva a no actuar por poco que podamos evitarlo, traspasando la responsabilidad a los demás.
Lewinsky cierra su charla recordando que la libertad de expresión es importante, pero no podemos olvidar la responsabilidad que acarrea esta libertad. “Todos queremos ser escuchados, pero hemos de diferenciar entre hablar con un objetivo y hablar porque queremos atención”. Apunta que “mostrar empatía hacia los demás nos beneficia y nos ayuda a crear un mundo mejor y más seguro”. Y nos propone un experimento para evitar comportamientos negativos: “Imagina ser el protagonista de un titular sobre otra persona”.

jueves, 12 de marzo de 2015

OTRA MAS DE SOLDADITOS DESLENGUADOS. SIN CASTIGO


Cabrera, un capitán de lengua sucia

El Supremo absuelve a un militar que denigró en público a una sargento

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Un soldado en Qala-i-Naw (Afganistán) en octubre de 2012. / CLAUDIO ÁLVAREZ
La secuencia se desarrolló el 17 de febrero de 2012. El capitán José Francisco Cabrera se dirige a la sargento M. A. R. “¡Deja de hacerte pajas! No, mejor, como eres mujer, deja de hacerte dedillos, y piensa”. Un grupo de suboficiales presencia la escena en un despacho de la base Los Rodeos de San Cristóbal de Laguna (Tenerife). La víctima, que navega por la treintena, entra en una crisis nerviosa.
El Tribunal Supremo considera probado el suceso. Pero, como sucede en una decena de episodios similares, entiende que los exabruptos no constituyen un delito de abuso de autoridad, que el Código Penal Militar castiga con hasta cinco años de prisión. “Los hechos no revisten la entidad necesaria”, recoge una sentencia, inédita, que acaba de dictar la Sala Quinta de lo Militar del Supremo. Solo uno de los cuatro magistrados del tribunal, Jacobo López Barja de Quiroga, votó en contra de exculpar al mando y se muestra a favor de la condena en un voto particular. Capitán y sargento se verán pronto las caras de nuevo en el cuartel tinerfeño. “Mi cliente está aterrada con la vuelta. También, los siete militares que declararon en el juicio contra el capitán”, explica el abogado Antonio Suárez-Valdés.
Para entender esta historia con tintes de La chaqueta metálica hay que remontarse a noviembre de 2011. El controvertido capitán desembarcó entonces en la base de Los Rodeos tras regresar del contingente español en Qala-i-Naw (Afganistán). Perfeccionista y exigente, Cabrera recurría a un vocabulario “cuartelero” y “soez”. “¡No tienes ni puta idea!”, “inútil” o “deja de hacerte pajas”, sazonaban su vocabulario, según el Supremo. El fallo quita hierro a estas groserías al entender que el oficial tiraba de este lenguaje para mostrarse más cercano y sin ánimo de ofender.
Quizá por eso, el mando recurría a parábolas sexuales para amenizar sus clases. “Os debéis tatuar la polla de manera que en reposo se lea perra y empalmada, percutor de guerra”, dijo en una ocasión. En otra, el 5 de marzo de 2012, reprimió a la sargento M. A. R. por desconocer el paradero de dos soldados. “¡Inútil! No tienes ni puta idea. Ponte las pilas. ¿Para qué coño te quiero si no sabes ni siquiera alinear una formación?”. A Cabrera no le gustaba que su equipo se lesionase. Cuando la sargento que le denunció sufrió un golpe en la rodilla, tras caerse de un vehículo, le soltó: “Eres una inútil. ¿No te da vergüenza? Eres peor que un soldado renegado de Infantería...”. Después, al conocer los detalles, remató: “¡Lo que faltaba, la batería tiene un sargento que se cae de camiones y encima le dan ataques de ansiedad!”.

La víctima se muestra "aterrada" ante el reingreso de su jefe en la base militar
Pese al diagnóstico del traumatólogo, el capitán nunca se creyó la lesión. Llegó a acusar a la sargento de “inventarse el dolor”. “Deja de traer papelitos del acupuntor”, le advirtió para reprenderle después: “¿Hasta cuándo vas a seguir echándole cara a lo de la rodilla?, ¿en dos años no te ha dado tiempo de ponerte en forma? Que si tienes rehabilitación, que si te duele la rodilla...”. Los insultos empezaron a minar la mente de la sargento. Una mujer de carácter estable, según su abogado.
Tras dos años de invectivas y broncas en público, de reprimendas y zafiedad, M. A. R. pidió la baja por ansiedad. El Servicio de Psiquiatría del Mando Aéreo de Canarias (MACAN) le diagnosticó una alteración psicológica. Cuatro de los cinco jueces del Supremo no aprecian relación entre la severidad verbal del capitán y el cuadro nervioso de la militar.
Un sargento recordó en el juicio un grosero episodio. Ocurrió en abril de 2012. Cabrera le soltó a M. A. R.: “¡Contesta aquí delante de todo el mundo para que vean la clase de mando que eres! Esto es como las putas. Que no quieren que se la metas hasta que llegas a un acuerdo con ella y les pagas”. Fuentes jurídicas entienden que la absolución supone “una clara involución de la Sala de lo Militar en el castigo de conductas vejatorias en los cuarteles”.
investigacion@elpais.es

“Es una clara humillación”

La sentencia que absuelve al capitán José Francisco Cabrera de un delito de abuso de autoridad salió adelante con los votos de cuatro de los cinco magistrados de la Sala Quinta de lo Militar del alto tribunal. Votó a favor de la absolución y de entender que no hay delito en las reiteradas groserías soltadas por el capitán a su subordinada el sector considerado más conservador de esta Sala. Es decir, el presidente Ángel Calderón y los magistrados Javier Juliani, Benito Gálvez y Francisco Javier de Mendoza Fernández. En minoría a favor de la condena, porque entiende que los hechos sí constituyen un delito, quedó el magistrado Jacobo López Barja, quien emitió un voto particular disconforme con sus colegas.
Considera López Barja que los exabruptos contra la víctima —”inútil”, “no tienes ni puta idea” o “deja de hacerte pajas”— conducen a la humillación y degradación de la persona. Sostiene este magistrado que minan la dignidad de la sargento, tal y como recoge el artículo 106 del Código Penal Militar, que fija una pena de hasta cinco años de prisión.
En su voto particular, el magistrado critica que la sentencia enmarque las groserías de Cabrera en el “lenguaje cotidiano” para dirigirse a sus subordinados. Y cuestiona el argumento de que los dardos no tenían como objetivo humillar solo a la sargento M. A. R.
López Barja se muestra contrario a la idea de que las invectivas perseguían la superación personal en la base Los Rodeos de San Cristóbal de Laguna (Tenerife). Y arremete contra la presunta finalidad pedagógica de los insultos. “Esto no puede asumirse ni como regla ni como excepción a las Reales Ordenanzas”, dice. El magistrado critica que la sentencia reduzca el comportamiento de Cabrera al de un “maleducado” sin hablar de vejaciones. Como ejemplo, expone los insultos de Cabrera a la sargento. En una ocasión, el oficial le preguntó a esta si se había preparado unas clases teóricas que debía impartir a la tropa. Ante la respuesta afirmativa de M. A. R. , Cabrera le contestó: “Sí, claro, seguro que te lo has mirado como cuando yo leo la etiqueta del champú cuando cago”. Fuentes jurídicas señalan que las recientes salidas de varios jueces progresistas han supuesto una “involución” en la doctrina que en los últimos años había acuñado esta Sala. Y que el Tribunal, sin tener que hacer una nueva valoración de la prueba, ha podido revocar la sentencia absolutoria del tribunal de instancia y castigar como delito los improperios e insultos que la propia Sala valida como probados.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Y EL PUEBLO ESPAÑOL MUERTO DE HAMBRE

5.261 euros de los de hoy: el sueldo de Franco en 1935

EL PAÍS bucea durante días en los documentos de la Fundación José María Castañé

Esta entrega, primera de cuatro, se centra en la relación con el dinero del dictador

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Los papeles de Franco
Francisco Franco, jefe de Estado Mayor, y dos ayudantes, durante unos ejercicios de tiro en Carabanchel el 16 de enero de 1936.
No corrían en los años treinta tiempos en que los altos mandos militares se hicieran ricos, pero Francisco Franco, antes de dar el golpe de Estado el 18 de julio de 1936, tampoco es que resultara mal compensado económicamente para su puesto. Otra cosa es que él considerara lo contrario… En una nómina de la Pagaduría Central de Haberes del Ejército a su nombre consta la cifra de 2.429,98 pesetas (14,60 euros). Se trata de su sueldo en noviembre de 1935, cuando ocupaba el cargo de jefe del Estado Mayor. Lo recoge uno de los más de mil documentos que la Fundación José María Castañéacaba de donar a la Residencia de Estudiantes referentes a la época de la República, la Guerra Civil y la dictadura franquista.
El héroe de África con ínfulas y agarraderas, el oficial más joven de Europa en todos los escalafones superados hasta ser nombrado estrafalariamente generalísimo, la figura que las derechas de José María Gil Robles, líder de la CEDA, consideraban punto de engarce indiscutible entre los poderes políticos y unos militares a quienes más valía tener contentos, fue designado líder del Ejército para la II República en mayo de 1935.
Tras sus desencuentros con Azaña y abrigado por su destreza para hacerse valer como el elemento más pragmático a la hora de mediar entre ambas esferas, Franco se afianzaba con el cargo en una situación de mando férreo. Dependía del ministerio de la Guerra, ocupado por Diego Hidalgo. Lo hacía dentro de un Gobierno empeñado en lo que su biógrafo Paul Preston describe de esta manera: "La instauración legal de un Estado autoritario corporativo". Podía dominar, sondear, articular mecanismos de sublevación, por si acaso. Sobre todo podía hacerse un traje a medida sin apenas sospechas de Gil Robles, que confesaba su total ignorancia en cuestiones de armas.
Si comparamos aquella cantidad con el coste de la vida actual, la equivalencia se elevaría a 5.261,80 euros. Así lo ha calculado para EL PAÍS Ernesto Poveda, del Grupo Icsa, dedicado, entre otras cosas a asuntos de observatorio salarial. El trabajo está hecho con arreglo a la tabla de actualización de precios al consumo que establece Jordi Malaquer, catedrático de la Universidad Autónoma de Bellaterra (Barcelona). "Se trata de la referencia utilizada por los historiadores económicos avalada por el Banco de España", explica Poveda.
La nómina de Franco como jefe del Estado Mayor en noviembre de 1935.
Es poco, si lo comparamos con el sueldo del actual mando de la Fuerzas Armas, el almirante general, Fernando García Sánchez. Dentro de los datos oficiales, su sueldo, contemplado en los Presupuestos Generales del Estado, asciende a 118.701,86 euros brutos. Pero mucho con arreglo a las pagas que en aquel momento previo al golpe percibían las tropas.
Con el tiempo, todo fue mejorando. Y la relación de Franco con el dinero, tomando cuerpo. Las ambiciones del dictador crecieron también en ese ámbito. El mito de la austeridad franquista, para Julián Casanova, que ha coordinado un volumen -40 años con Franco, publicado por Crítica-, es falso. "Cada vez nos resulta más evidente que actuaba como dueño de un cortijo. Si lo comparamos con arreglo a un sultanato, puede parecernos moderado. Pero si nos atenemos a las reglas de cualquier régimen occidental, su relación con el dinero resulta exagerada, contando todos sus privilegios y prebendas".
La cantidad era su salario como jefe del Estado Mayor en la República
Su sueldo como jefe del Estado al final del régimen ascendía a unas 768.000 pesetas en 1975. De estas, 600.000 se las ingresaba el ministerio de Hacienda como Jefe del Estado y 168.000 restantes las percibía como capitán general y Generalísimo de los Ejércitos.
En esta y en otras cuestiones, comenta Preston, cuya biografía se reeditará con motivo de los 40 años del fin del franquismo, "evidentemente, se trataba de un hombre comido por la ambición". Aunque en asuntos pecuniarios, según su estudioso y profesor de la London School of Economics, "quien más alimentaba esa deriva era su esposa, Carmen Polo". El hispanista recuerda haber estudiado papeles en los que la mujer se quejaba abiertamente de haber perdido oportunidades.
Se trataba de un hombre comido por la ambición”
Paul Preston
Sobre todo, antes de escalar a lo más alto. La carrera militar de Franco resultó un meteoro. Se forjó en la Legión, en cada peldaño del escalafón sorprendía como el oficial más joven del continente. Tardó solo seis años en ascender de alférez a comandante. No desaprovechó ninguna de sus oportunidades. Implacable, frío, calculador, sabía esconder las cartas con una maestría en el dominio de la ambigüedad que le proporcionaba éxito en cualquiera de sus previsiones.
De no haber sido militar del Ejército de Tierra, se habría convertido en oficial de la Armada, aunque entre sus sueños también entraba la arquitectura y entre las aficiones que cultivó permanentemente, la pintura. Marruecos fue siempre para él tierra talismán. Se forjó allí unas tropas que le servían con fe ciega y utilizó hasta en la represión de Asturias en 1934. Antes de ser nombrado jefe del Estado Mayor, había sido destinado, como premio precisamente en el aplastamiento de aquella rebelión minera, a África.
A su muerte en 1975, cobraba cada mes 768.000 pesetas
Ocupó el puesto que le sirvió en bandeja el populista líder de los Radicales, Alejandro Lerroux, tan solo tres meses. Tiempo suficiente como para establecer, según Preston, nuevos e importantes contactos que luego le resultarían imprescindibles al comienzo de la guerra.
Su cometido como jefe del Estado Mayor, en perfecta sintonía con Gil Robles, consistía principalmente en corregir las reformas que Azaña, una de sus bestias negras, había aplicado al ejército en su etapa de mando. Trabajaba hasta altas horas de la madrugada, incluidos fines de semana, para disgusto de su familia. Paralizó los ascensos por méritos impuestos en la época precedente. Purgó a varios altos mandos por una ideología, a su juicio, "indeseable", mientras otros irredentos antirrepublicanos fueron reconocidos. Emilio Mola, uno de los cabecillas del golpe, entró como máximo responsable de las tropas en Marruecos, por ejemplo.
Tampoco dejó Franco de establecer contactos exteriores. Firmó acuerdos con fabricantes de armas alemanes como parte de un planeado rearme. De hecho, siempre recordó como fundamental su paso por el cargo en el Estado Mayor y crucial para su victoria posterior en la guerra. Como presupuesto de la República, aquellas 2.429,28 pesetas al mes, resultaron una pésima inversión.

Papeles desconocidos y verdades por desvelar

La pasión por la historia, la clarividente sensación de haber sido testigo e hijo de un siglo excepcional, fue lo que en un principio llevó a José María Castañé a empezar a reunir papeles. Su obsesión eran los conflictos bélicos y sus consecuencias violentas. Así fue como hace ya 26 años, este empresario financiero decidió invertir una buena parte de su capital en un legado.
De los más de 10.000 documentos que obran en poder de su fundación —constituida en 2004—, la mayoría corresponden a la Primera y Segunda Guerra Mundiales, la contienda civil española y las consecuencias o prólogos de estas tragedias. La revolución rusa, las secuelas del comunismo, del fascismo, la apisonadora atroz del totalitarismo, el Holocausto, el exilio…, han sido sus principales preocupaciones.
Entre los más de 600 documentos referentes al franquismo que acaba de donar a la Residencia de Estudiantes de Madrid y que depositarán en el mes de abril, la mayoría pertenecen a la propia fundación y un total de 120 a su legado personal. Por lo que han podido apreciar los historiadores consultados, algunos de estos papeles, podrían pertenecer al archivo privado de Franco, según sostiene Paul Preston.
Los documentos oficiales del régimen han quedado custodiados, no sin polémica y con quejas de los historiadores por su acceso restringido, en la Fundación Francisco Franco. Pero existía un buen número de papeles con los que en su día mercadeaba por medio de intermediarios, su yerno, Cristóbal Martínez Bordiú, marqués de Villaverde. Estos han acabado dispersos en diferentes lugares. El autor británico y biógrafo del dictador cree que algunos de ellos, cuya oferta recibió hace años directa o indirectamente, pueden haber acabado en diversas colecciones diferentes, aunque entre los destinatarios para los que se le pidió una valoración, en su día, estuviera la Universidad de Yale. Pero aquello, finalmente, confirma Preston, no cuajó.

EN EL EJERCITO DE ESPAÑA EL CASTIGO AL ACOSADOR ES.....ASCENDERLO


Zaida Cantera: "Prefiero dejar el Ejército a vivir arrodillada"

La capitán que fue acosada sexualmente por un superior cuenta la pesadilla que vivió en el programa 'Salvados' de Jordi Évole

Programas | 09/03/2015 - 10:16h | Última actualización: 09/03/2015 - 16:31h
Zaida Cantera:
Zaida Cantera narra su acoso laboral y sexual en el Ejército al programa 'Salvados' de laSexta Atresmedia
Madrid. (Redacción).- Sobrecogedor programa deSalvados, anoche en laSexta con la entrevista a la capitán del Ejército de Tierra Zaida Cantera, que denunció abusos sexuales y acoso por parte de sus superiores. Un programa no exento de polémica ya que su presentador denunció presiones para no emitirlo. De hecho, este reportaje debería haber sido el primero de la temporada pero no fue hasta anoche que pudo ver la luz. Zaida narró con una contundencia aplastante lo que fue su vivencia dentro del Ejército: "Una vez dentro te das cuenta de que la sociedad tiene un desconocimiento total de lo que son las Fuerzas Armadas: No sabéis nada, no tenéis ni idea de lo que se sufre, ocurre o padece dentro del Ejército."
Sobre su caso de abusos sexuales, Zaida aseguró que "cuando me presenté al Teniente Coronel, me identifiqué y me dijo que venía como su secretaria, como esas de falda corta. No tenía ningún reparo a la hora de mirarme. Invadía mi espacio personal. Me estaba acosando. En Valladolid no se cortó ni un pelo, me tocó la pierna, intentó meterme mano y delante además de una compañera. Me tocó la pierna y empezó a subir. Pegué un respingo, aparté la silla y te quedas en blanco", explicó con todo tipo de detalles.
A la pregunta de qué hizo ella para detener a su superior, la militar aseguró que "si me llega a pasar en la calle, le empujo. Pero los dos de uniforme, no puedo. En el Ejército, si denuncias a alguien tiene toda la credibilidad el que más rango tiene. Se establece el conducto reglamentario, que si tienes algo que decir, se lo dices a tu superior. Si a mí me viola, tengo que ir a mi teniente coronel y decirle que quiero tramitar una violencia de que me ha violado".
Sin embargo, Zaida trató -dentro de lo establecido por la jerarquía militar- de detener a su superior él le contestó que "me arrepentiría y entonces empezó el acoso laboral". A partir de ese momento "me veían como una desquiciada, decían que había puesto la denuncia porque no me habían dado una vacante. El teniente coronel tenía el respaldo de grandes familias del Ejército y si yo decía algo se había acabado mi carrera. Y yo disfrutaba con mi trabajo, me sentía pletórica. Y decía, si denuncias, vas a perder esto, así que olvídate, espérate y deja que se marche. Aguanté más de lo que debiera. Demasiado."
"Me apuntaba a la cabeza al cruzarnos por el pasillo"
"El acoso laboral llegó hasta tal punto de que nos cruzábamos por un pasillo y me apuntaba a la cabeza. Me daba reprimendas públicas, decía que era una inútil, me intentaba agredir... No es que tuviera fortaleza, es que tenía impunidad", expresa, antes de añadir que "una de las mujeres que plantó cara acabó fuera del Ejército, no la renovaron el contrato. Hicieron una pintada que ponía Zaida no vuelvas y hubo un conato de incendio que consiguieron apagar. Si no, yo hoy no estaría aquí. Y tras la agresión yo presento la denuncia, a un juzgado militar, porque todo en el Ejército va por la justicia militar", continuó relatando la capitán acosada.
"Yo vuelvo y me dicen que me han quitado el mando. Ya no soy válida para mandar la compañía. Me ponen a hacer funciones de carteo. Un día me dicen que vaya a una reunión, me siento y le veo aparecer con pistola, que en las bases los militares no podemos llevar pistola. Estamos privando de libertad a un soldado por llevar las botas sucias, y a alguien que gira la cabeza cuando están acosando a uno de sus soldados, no le pasa nada. Pues la próxima vez también mirará hacia otro lado", comenta.
Tras denunciar en medios de comunicación lo ocurrido, según Zaida se le prohibió salir vestida de uniforme a la calle y hablar con periodistas. Sobre la reacción de los altos cargos civiles de los que depende el Ejército asegura que "el ministro de Defensa me dijo qu si esto es cierto, debería de denunciar. El jefe del Estado mayor del Ejército, pasado un año, me dijo que se ha abierto una investigación y no ha visto ninguna falta grave ni delito", pero para colmo, "de repente recibo una denuncia por la falsificación de un documento, un delito de deslealtad penado con tres años de prisión".
Zaida considera que su denuncia puede ayudar a cambiar las cosas y por eso aún no ha tirado la toalla, aunque asegur que si no puede seguir en el Ejército dejará su carrera militar. "Prefiero dejar el Ejército y ponerme en la cola del paro a vivir arrodillada".


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