sábado, 28 de noviembre de 2015

ESTADO ISLAMICO

Actualizado 29/11/201500:56
En el siglo IV antes de nuestra era, Sun Tzu dijo en su Arte de la guerra que "Si conoces [al enemigo] y a ti mismo, ni en 100 batallas correrás peligro; si no conoces [ni a uno ni a otro], correrás peligro en cada batalla". Quienes planearon y llevaron a cabo los atentados de París vivían entre nosotros, eran ciudadanos europeos que conocían nuestra cultura y nuestra forma de pensar con detalle. En Occidente, sin embargo, ¿qué conocemos sobre los yihadistas?
Scott Atran lo tiene claro: "No veo mucho entendimiento sobre el Estado Islámico". "El IS es el movimiento contracultural más importante desde la Segunda Guerra Mundial. Una revolución en la tradición clásica de la Revolución francesa". En la evolución cultural de nuestra especie "todo lo que es nuevo es extremo, no hay cambio sin ríos de sangre", prosigue el analista. "Si el Estado Islámico no triunfa, será siempre terrorista. Si triunfa, será un nuevo movimiento geopolítico de proporción histórica".
Atran es uno de los mayores expertos en la psicología del terrorismo. Se formó en la Universidad de Columbia para adentrarse después en el estudio del fundamentalismo y la violencia de grupo. Atran ha llevado a cabo un constante trabajo de campo en "Irak y otras zonas de Oriente Próximo, en los suburbios de París y Barcelona, Rabat y Tetuán". Colabora con el CNRS francés y las universidades de Oxford, Michigan y Nueva York y asesora a la Casa Blanca, el ejército estadounidense y la ONU.
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El estudio del fenómeno yihadista ha permitido al antropólogo separar el grano de la paja. "Todos los grupos que emplean una violencia extrema pueden ser llamados terroristas, pero eso no significa nada. Autoinmolarse para provocar a una fuerza de ocupación no es algo nuevo", explica Atran. "La primera revolución fue dirigida por los zelotes, los fanáticos de Dios, que atacaban a los romanos y griegos en lugares públicos sabiendo que iban a morir. Los romanos los llamaron terroristas, como nosotros lo hacemos con el Estado Islámico o como se hizo con los nacionalsocialistas o los bolcheviques".
La Historia nos ha dado la distancia necesaria para comprender, o al menos convenir, qué objetivos y métodos emplearon otras revoluciones. En el caso del Estado Islámico, a pesar de la presbicia que la contemporaneidad genera, Atran dice tener claras algunas cosas: "Los movimientos de salvación de la humanidad empezaron con las religiones abrahámicas -islám, judaísmo, cristianismo- y se secularizaron con la Revolución Francesa". El IS también pretende 'salvar' a la Humanidad y para ello "hay que matar a los que están en contra de su salvación".
Atran prosigue: "En la publicación online del Estado Islámico apareció un artículo muy interesante que se titula La zona gris. Ésta contiene a casi toda la humanidad. Los extremos son los creyentes y los no creyentes. Ellos quieren borrar esa zona gris, tratan de forzar a los no musulmanes a detestar, a perseguir a los musulmanes, para empujar [a todos los musulmanes] a juntarse con ellos. Sobre todo a los jóvenes, que están más dispuestos a cambiar el mundo".
El cóctel de salvación y entrega a algo más grande que uno mismo es el que intoxica a los jóvenes más susceptibles. "La noción del enfrentamiento de civilizaciones es artificial. Al contrario, es un colapso de civilizaciones, de culturas territoriales donde las líneas de comunicación entre viejos y jóvenes se han roto". Muchos adolescentes, hijos de la globalización, carecen de una identidad sólida y fundamentada en la tradición y la buscan "de manera horizontal a través de las redes sociales, con otros jóvenes en todo el mundo. Algunos se concentran en nichos muy restringidos y forman nuevas culturas. Una de éstas es la de la yihad", concluye Atran.
En 1939, George Orwell ilustró aspectos del problema que existe con el Estado Islámico y su capacidad para "atraer a jóvenes de 90 países", comenta Atran. Se trata de una reseña del Mein Kampf. En ella, dice Atran, Orwell da con la clave del asunto: "Nuestros países quieren que su gente disfrute una buena vida y ausencia de riesgo, pero nuestros intelectuales jamás van a luchar para preservar nuestros derechos. Hitler propone la aventura, la gloria, la muerte, la destrucción del mundo viejo y la construcción de algo nuevo que requiere un autosacrificio y 80 millones de personas caen a sus pies. ¿Por qué? Porque la gente, sobre todo joven, no quiere solamente la vida fácil, la seguridad, la moderación. Quieren un sacrificio, algo trascendental, significativo que tenga sentido en un universo caótico. Lo que está proponiendo Hitler y Bagdadi es pasión. Se debe quemar todo para salvar al mundo".
Estos jóvenes encuentran la trascendencia en el grupo, en algo más grande e importante que ellos mismos. Pero no todos se unen al Estado Islámico. Las investigaciones de Atran, en las que ha entrevistado a luchadores del califato y al resto de actores del conflicto -kurdos, iraquíes y occidentales-, señalan un factor por encima de todos: "Los valores sagrados" que, según el investigador, no están en venta. "Los individuos que tienen esos valores y se fusionan con un grupo pueden hacer sacrificios muy costosos para defenderlos", dice Atran. "Hemos analizado la integración del individuo en el grupo en Libia, con los soldados que están en el frente, listos para morir, y siempre colocan el yo dentro del grupo donde se sienten invencibles", agrega el investigador.
Contra esto, "la contranarrativa del Departamento de Estado estadounidense es negativa: aleccionan a los jóvenes con mensajes repetitivos para el consumo de masas, mientras el Estado Islámico emplea cientos de horas online con cada persona que considera lista para escucharlos y usan frustraciones personales, aspiraciones, su descontento y lo ponen en el marco de su propia historia mundial, el de la persecución de los musulmanes y la necesidad de cambiar este mundo", concluye Atran.
¿Qué hacer? "No lo sabemos", admite Atran, pero "hay que dejar que las ideas surjan de los mismos jóvenes". "Estado Islámico pone atención en el cine, los vídeos de YouTube y las audiencias para ver qué funciona con los jóvenes. Así fabrican su propaganda. Una buena idea es ver cómo el Estado Islámico nos está siguiendo a nosotros, ver qué funciona e invertir tiempo en la gente".

martes, 24 de noviembre de 2015

VIOLENCIA DE GENERO ( DIEZ AÑOS )

Éxitos y fracasos tras diez años de juzgados de vilencia de género

Los expertos aplauden que ha mejorado la atención a las víctimas, pero advierten de que persisten estereotipos machistas

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En lo que va de año, la violencia de género ha dejado 48 mujeres muertas y 42 menores huérfanos. Cuando se han cumplido 10 años de la entrada en funcionamiento de los juzgados especializados en violencia sobre la mujer, los expertos aplauden que la ley da una respuesta específica a las víctimas, pero advierten de la prevalencia de estereotipos y comportamientos machistas que impiden erradicar esta violencia.
El maltrato no surge de un día para otro. Todos los expertos coinciden en que la violencia de género conlleva un lento proceso que suele empezar en la infancia del maltratador y que va manifestando a lo largo de sus relaciones. Primero sutilmente, con celos, control en la forma de vestir, en cada salida y entrada de casa. Luego con amenazas, acoso y las primeras agresiones físicas. La decisión de matar a la mujer es la última expresión de este comportamiento. Por eso, las instituciones que trabajan en este ámbito inciden en dos aspectos: incrementar las denuncias y revertir comportamientos machistas todavía muy arraigados.

Las denuncias aumentaron por primera vez el año pasado desde 2008. En 2014 se interpusieron 126.742 (un 1,5% más que en 2013) y en el primer semestre de este año se han presentado 62.323 (un 0,34% más que en el mismo periodo de 2014). Con todo, solo nueve de las 48 mujeres muertas en lo que llevamos de año había denunciado a su agresor. Y sin denuncia, no se activa el mecanismo de protección de las víctimas.
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Un informe que ha publicado la Fundación Adecco con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, que se celebra hoy, vincula las denuncias con los efectos de la crisis. Esta fundación, que ayuda en la búsqueda de empleo, atendió el año pasado a 700 víctimas de violencia de género. 300 se prestaron a contestar una encuesta que revela que el 91% había encontrado en la crisis un freno para denunciar por temor a que ella o su pareja perdieran el trabajo.
El 65% de las mujeres no tenía empleo cuando sufrió los malostratos. Cuando se les pregunta por la mejor herramienta para combatir la violencia machista el 81% cita el acceso a un puesto de trabajo que le permita ser independiente y romper los vínculos con su agresor. “El aumento de las denuncias puede ser un indicador del incremento de confianza de las mujeres ante un mercado laboral que empieza a despertar”, señala Francisco Mesoneros, director general de Adecco.
La presidenta del Observatorio la Violencia Doméstica y de Género, Ángeles Carmona, se felicita de que además de las denuncias se hayan incrementado las condenas. Según datos del último anuario del Ministerio del Interior, el 6% de los presos de las cárceles españolas cumplen condena por violencia de género. Son 3.938. “El maltrato ya no queda impune”, apunta Carmona.
Su antecesora, Inmaculada Montalbán, alude también al fin de la impunidad como una de las grandes aportaciones de la ley integral. Pero alerta de que en el segundo “motor” de la ley, la educación ha habido una vuelta atrás. “La justicia actúa cuando a violencia ya se ha producido. La vacuna contra la violencia es la educación”, afirma Montalbán, que cree que en la última legislatura, con la eliminación de Educación para la Ciudadanía, se ha “desactivado” un buen instrumento para romper con estereotipos.
Miguel Lorente, exdelegado contra la violencia de género, comparte esta preocupación. Las mujeres han cambiado en las últimas décadas y los hombres se han adaptado mal. “Eso genera que muchos chicos utilicen la violencia para seguir controlando a la mujer. Ante los pasos de ellas por liberarse, ellos responden con más violencia”, señala Lorente. Un comportamiento similar puede estar detrás del escenario que se ha vivido este mes: tras la manifestación del 7 de noviembre que reunió en Madrid a miles de personas contra la violencia machista, se produjo la semana más sangrienta del año con cinco crímenes en siete días.

"Intentamos acabar con una desigualdad atávica"

Las 48 mujeres muertas en lo que va de año son 20 menos de las que había en noviembre de 2007 y 15 menos que en 2008. Pero cuatro más que hace justo un año. ¿Se puede juzgar el éxito o fracaso de la ley solo con las cifras de fallecidas? Los expertos recelan.

“Las víctimas han bajado en la última década. Si hacemos la comparativa desde 2006, la bajada es importante”, apunta Blanca Hernández, delegada del Gobierno para la Violencia de Género que señala, además, a otras víctimas: las no mortales. “Lo que ha hecho España para luchar contra la violencia no lo ha hecho ningún país del mundo”, añade la delegada. “Intentamos erradicar una desigualdad atávica que tiene una inercia fuerte”, concluye Hernández.

viernes, 6 de noviembre de 2015

DEMOSTRACION DE FUERZA EN EL SAHARA

Marruecos despliega su poder en el aniversario de la Marcha Verde

Las organizaciones saharauis independentistas denuncian que El Aaiún ha sido tomado estos días por miles de colonos marroquíes

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EL PAIS VIDEO
Nada más salir del aeropuerto de El Aaiún, la ciudad más poblada del Sáhara Occidental, podían verse, el jueves por la noche, a miles de personas con banderas marroquíes en las calles principales. En muchas esquinas había enormes carteles con la cara del rey Mohamed VI, cuya visita estaba prevista para este viernes, cuando se cumple el 40 aniversario de la Marcha Verde. Mientras un gentío proclamaba a los cuatro vientos la marroquinidad del Sáhara, otros tantos permanecían sentados en las terrazas de los cafés viendo pasar la euforia.
La dirigente independentista saharaui Aminatu Haidar comentaba por teléfono a EL PAÍS desde las islas Canarias, que muchos saharauis tienen miedo porque nunca han visto un despliegue militar y policial tan grande. "Y porque los colonos marroquíes están provocando a nuestra gente, lanzan eslóganes como el de 'muerte a quien esté contra del rey".
La fecha no puede ser más simbólica. La Marcha Verde marca el día en que los españoles comenzaron a irse y el Estado marroquí comenzó a gobernar el Sáhara Occidental. Para los independentistas saharauis es un día ominoso. El Tribunal de La Haya se pronunció en 1975 a favor de la autodeterminación de la población que vivía entonces en el Sáhara. El Frente Polisario tomó la marcha como una invasión y declaró la guerra a Marruecos hasta que en 1991 se firmó el alto el fuego. Desde entonces, una misión de la ONU está encargada de velar por las condiciones de ese alto el fuego. También tiene el cometido de organizar el referéndum de autodeterminación. Este viernes podían verse los coches blancos de Naciones Unidas aparcados en las calles de El Aaiún. Pero, 24 años después de la llegada de la ONU, la situación del referéndum parece tan aparcada como sus coches.
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Quejas saharauis

Lo que sí ha cambiado es el número de habitantes y su procedencia. En 1975, la gente conocía a los taxistas por su nombre. La mayoría de esa gente nació en el Sáhara. Ahora viven 240.000 personas en la ciudad y 357.000 en la región de El Aaiún, según datos del Gobierno marroquí. De ellos, solo un tercio habrían nacido en El Aaiún, según las organizaciones independentistas.
El viernes a las tres de tarde, pocas horas antes de que el rey pronunciara un discurso, cientos de coches, camiones y motos inundaron las calles de El Aaiún con jóvenes que portaban banderas marroquíes. Hassanna Duihi, miembro de la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones Graves de Derechos Humanos Cometidas por el Estado Marroquí, asegura que la mayoría de esos jóvenes han llegado estos días desde Marruecos y no viven en el Sáhara.
Duihi sostiene: "Desde que se supo hace unos días que el rey iba a venir, las autoridades han trabajado como abejas para hacer creer que recibimos al rey con alegría. La realidad es que la población saharaui ve esta visita como una provocación".
"Han colocado fotos del rey por todas partes", añade Duihi. "Y cada poste ha sido vigilado por dos agentes. Los autobuses, los camiones, los aviones y coches han estado llegando cargados de civiles, policías y militares. Hay toda una población importada desde Marruecos. El Aaiún hoy es una ciudad con población extranjera. Para un saharaui es peligroso pasear hoy en día por nuestras calles".
El Gobierno marroquí fletó un avión desde Casablanca a El Aaiún con periodistas, sobre todo marroquíes, entre los que se encuentra este corresponsal. "Queremos que comprueben con sus propios ojos la situación de estabilidad y desarrollo que hay en esta región, señaló el ministro de Comunicación, Mustafá al Halfi a este diario.
En cuanto a la llegada masiva de ciudadanos provenientes de otras partes del país, el ministro indicó a EL PAÍS: "El Sáhara pertenece a Marruecos, no podemos impedir el desplazamiento libre de la gente dentro de nuestro territorio".
"Para comprobar el grado de integración de la gente en esta región solo hay que recordar que en las elecciones regionales del pasado octubre participó el 79% de los ciudadanos. O sea: aquellos que están en contra del Estado marroquí son una minoría".

miércoles, 4 de noviembre de 2015

UNA NUEVA ESPERANZA...DE VIDA

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Fotografía facilitada por el Gobierno griego de una de las familias de refugiados trasladadas de Atenas a Luxemburgo. / ANDREA BONETTI / PRIME MINISTERS (EFE)
Del sofocante caos de la isla griega de Lesbos a la paz reinante del verde luxemburgués. De un país ahogado por su ya tercer rescate económico a uno de los paraísos fiscales y financieros europeos. Luxemburgo recibió este miércoles a 30 refugiados —21 de Siria y nueve de Irak— que volaron desde Atenas para empezar una nueva vida en territorio comunitario, lejos de la guerra y la miseria.
Se trata del primer grupo que sale de Grecia hacia la Unión Europea (UE) bajo el paraguas del nuevo sistema de reparto que acordaron hace dos meses los Veintiocho. Junto a las 86 personas reubicadas desde Italia durante las últimas dos semanas, la UE ha distribuido sólo a 116 de los aproximadamente 700.000 refugiados que este 2015 han entrado en territorio comunitario.
"Esto es solo el principio (...), una gota en el océano. Nuestro deseo es que se convierta en un arroyo y luego en un río de humanidad y solidaridad", declaró ante los medios el primer ministro heleno, Alexis Tsipras, desde el aeropuerto de Atenas, adonde se desplazó junto a otros altos cargos; el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, el comisario de Inmigración, Dimitris Avramopoulus, y el ministro de Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn, para despedir al primer grupo de refugiados que partía de Grecia, entre los que había 19 menores.
Neblina y un sol que no terminaba ni de brillar ni de calentar recibieron este miércoles por la tarde al grupo de refugiados. Las autoridades helenas fletaron un avión de la compañía Aegean Airlines que aterrizó pasadas las doce del mediodía en el aeropuerto de Bruselas, a unos 200 kilómetros, desde donde fueron trasladados en varios autobuses al primer centro de recepción —cerrado— del Gran Ducado: el recinto ferial Expolux. "Levamos meses preparándonos para esto", señalan por teléfono fuentes del Gobierno de Luxemburgo.
36 tiendas de campaña blancas inundan la superficie de una de las naves de este recinto ferial, al noreste de la ciudad. También cargan el ambiente: huele a plástico. Cada tienda puede acoger unas 10 camas que más bien son tumbonas de tela azul oscuro y patas metálicas en forma de tijera. "Ahora hay familias [unas 60 personas que habían llegado dos semanas atrás por cuenta propia] procedentes de todas partes y no se puede permanecer aquí", señala amablemente una de las voluntarias de la Cruz Roja, organización que se encarga de coordinar la acogida de los 790 (de 120.000) refugiados que Luxemburgo se comprometió a acoger durante los próximos dos años.
Hamed. B, nacido en Alepo (Siria) hace 38 años y profesor de francés, es uno de ellos. No recuerda bien si lleva "dos o tres días" en este centro. Está esperando el autobús junto a todos sus enseres, que caben en tres bolsas de plástico. "En esos centros solo pueden estar un máximo de 48 horas para luego ser trasladados a una casa de acogida donde podrán esperar hasta nueve meses mientras las autoridades expiden su asilo político", afirma una portavoz de ACNUR desde la oficina para la UE en Bruselas.
Hamed huyó hace poco más de un mes de Siria y pagó 860 euros a las mafias en Turquía para subirse a una barquita hinchable, explica con gestos mientras lucha por no derramar ni una lágrima. "No estoy casado pero he tenido que dejar a mis padres bajo las bombas del Ejército [del presidente sirio Bachar el Asad] y de Rusia. Aquello no lo puedo describir con palabras", se excusa llevándose una mano a la cabeza cubierta de canas. Desde Grecia, Hamed alternó, como tantos cientos de miles de compatriotas, entre autobuses, trenes y largas caminatas por Macedonia, Serbia, Croacia, Eslovenia, Austria y Alemania hasta llegar a Luxemburgo. "Hablo bien francés, aquí puedo salir adelante", sonríe antes de subir al autobús.
Aunque el gesto de este miércoles es sólo el principio, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR, por su acrónimo español) afirmó que es un paso "importantísimo" porque significa que estas 30 personas —seis familias; 21 sirios, nueve iraquíes; 19 niños, seis mujeres y cinco hombres— "no recurrirán más a las mafias" y serán legales en la UE. Bruselas lleva tiempo afirmando que aquel que entre en un país comunitario sin haber sido registrado o identificado carecerá de derecho alguno y será declarado "ilegal".

Más burocracia por delante

El camino de estos 30 refugiados que llegaron este miércoles a Luxemburgo no acabó ahí. A su llegada en la capital del Gran Ducado, todos ellos fueron registrados e identificados por personal de la Cruz Roja en lo que llaman el primer centro de recepción. "Allí sólo pueden permanecer un máximo de 48 horas", explican fuentes de la Oficina Luxemburguesa para la Acogida e Integración (OLAI, por sus siglas en francés). Una de las coordinadoras explica que "hasta el momento" están cumpliendo con lo establecido, pero que cuando los refugiados llegan un viernes "es imposible que estén fuera el domingo", matiza desde el exterior de la nave.
Una vez transcurridas las 48 horas, un equipo de voluntarios —entre los que también hay intérpretes y traductores al árabe— se encarga de explicar a los refugiados cómo llegar a la casa de acogida de larga duración donde podrán esperar nueve meses a que se tramite su solicitud de asilo. "Tenemos mapas y fotos para que reconozcan los edificios y no se pierdan por la ciudad", explica la misma coordinadora.
Estos centros, al contrario que los de primera recepción, están abiertos durante el día. Es decir, los que allí residan podrán salir entre las seis de la mañana y las doce de la noche. Podrán pernoctar tres noches seguidas fuera del edificio "siempre y cuando hayan avisado y tengan autorización", según un dosier de 39 páginas —La organización para la recepción de solicitantes de asilo— del Gobierno luxemburgués en el que se establecen las directrices para tratar a los solicitantes de asilo en el país.
Los que por fin consigan la protección internacional tendrán derecho a una retribución mensual inferior a los 800 euros que por ejemplo establece Bélgica. "En Luxemburgo se les da menos dinero, pero se les ofrecen más cosas materiales, como productos sanitarios o comida", explican fuentes diplomáticas.
En el Gran Ducado existen desde hace dos años siete tipos de centros de acogida en función de las características del solicitante de asilo. Los refugiados tienen derecho a comida, dinero para pequeños gastos, sanidad, psicólogos, abogados, traductores, educación y acceso al mercado laboral en nueve meses, según el Gobierno.