miércoles, 13 de enero de 2021
BREXIT O COMO LOS POLITICOS ENGAÑAN AL PUEBLO
La BBC conoce su audiencia nacional, y por tanto programó la película "Dunkerque" para el estelar 'prime-time' navideño. Nada les gusta más a los británicos que los relatos de un desastre heroicamente evitado, y celebrarlos como grandes victorias. Y fue así con el acuerdo comercial 'in extremis' del Brexit, anunciado por un triunfante primer ministro Boris Johnson el 24 de diciembre. Cuando la prensa volvió a su programación habitual después de las vacaciones, los periódicos 'brexiteros' se apresuraron a manifestar su opinión: "Regocíjense, tenemos un futuro de la libertad, y alegría ante nosotros", se entusiasmó el Sunday Express. En realidad, la reacción del público ha sido más de alivio que de triunfalismo. Después de cinco años de encono, el deseo de "terminar el Brexit" ha sido palpable, y la semana de caos en el transporte ocasionada por el breve cierre francés de los cruces del Canal de la Mancha en respuesta a la nueva mutación del covid-19 en Gran Bretaña mostró vívidamente lo que un fracaso a la hora de lograr un acuerdo podría haber significado. Además, la nación ha tenido cosas más importantes de las que preocuparse, ya que la última ola de virus se descontrola y las hospitalizaciones superan incluso los niveles alcanzados en los oscuros días del abril pasado. No es de extrañar que el Brexit haya sido desplazado en gran medida de los titulares.
Foto: Montaje: Raquel Cano
¿Volverá algún día Reino Unido a la UE? 15 expertos del Brexit lanzan sus predicciones
Carlos Barragán Alicia Alamillos
Se vendió el Brexit como una forma de restaurar la histórica soberanía parlamentaria de Reino Unido. Así que es irónico que el propio Parlamento británico se haya visto obligado a apenas un debate de cinco horas y media en el que hacer el escrutinio de un tratado de 1.246 páginas y 80 más de legislación complementaria antes de votar y aprobar el texto. Aun así, los partidarios del Brexit pueden estar contentos de que su noción idiosincrásica de soberanía triunfe constantemente sobre los intereses económicos británicos en este Brexit que es inflexiblemente duro, y a pesar del corolario de que la Unión Europea preservará su propia libertad para tomar represalias dondequiera que vea que Gran Bretaña obtiene una ventaja competitiva injusta inclinando la "igualdad de condiciones" en el comercio. La UE tampoco ha cedido su propio derecho soberano de emitir una serie de juicios regulatorios unilaterales que tendrán un impacto profundo en la capacidad de Reino Unido para seguir vendiendo al mercado comunitario, de mucho mayor tamaño (en todos los campos, desde la "equivalencia" financiera a la "adecuación" del 'data', hasta regímenes fitosanitarios, a la conformidad del producto). Los partidarios del Brexit pueden estar contentos de que su noción idiosincrásica de soberanía triunfe constantemente sobre los intereses económicos británicos Resistiéndose a las ganas de regocijo, los "agobiados y pesimistas" también han estado tratando de aguar la fiesta al sugerir que el Brexit no está en absoluto "terminado". Todas las nuevas limitaciones y fuentes de fricción en las interacciones económicas, políticas y humanas de Reino Unido con la UE están solo empezando. Se prevé que el impacto en la tasa de crecimiento de Reino Unido, que ya es la más afectada por la pandemia de cualquier nación del G7, ascenderá al 6% del PIB o más durante los próximos diez años. Y las disposiciones de gobernanza y revisión del tratado han preparado el escenario para un proceso casi constante de regateo con Bruselas. Los británicos también han tenido una demostración de lo que sucederá si los franceses optan por apretar en el vital canal británico de suministros a través del Estrecho de Dover. Con semejante Brexit después de un año de lamentable ineptitud para responder al coronavirus (Reino Unido tenía la cuarta tasa de mortalidad per cápita más alta de Europa), uno podría suponer que el gobierno de Johnson está en las últimas. Pero darlo por hecho podría ser un error por tres razones. En primer lugar, cualquier inclinación a la disensión entre las filas se verá mitigada por el hecho de que los principales partidarios del Brexit se han asegurado en gran medida de que no se verán afectados personalmente. Los principales barones de la prensa 'brexiteer' son expatriados; el propio padre de Johnson ahora reclama la ciudadanía francesa. La empresa de gestión de activos cofundada por el diputado conservador Jacob Rees-Mogg, que fue el principal 'asesino político' de Theresa May, se ha establecido en Dublín (Mogg renunció a la firma al unirse al gabinete de Johnson en 2019). Sir James Dyson ha partido hacia Singapur; el también multimillonario del Brexit, sir James Ratcliffe, anunció en diciembre que su nuevo 4x4, patrióticamente llamado "El Granadero", se construirá en Francia. La emergencia del covid-19 también le ha brindado al gobierno oportunidades para entregar puestos y contratos a amigos y aliados, en lo que los críticos denominan una nueva “chumocracia” (una élite gobernante que asistieron a las mismas escuelas y universidades). En segundo lugar, quienes ahora dirigen Gran Bretaña han asimilado por completo la lección trumpiana de que, si mientes sin vergüenza ni vacilación, generalmente puedes salirte con la tuya. No importa que Gran Bretaña ya no tenga acceso a las bases de datos de lucha contra el crimen de la UE (la policía británica accedió al Sistema de Información Schengen 600 millones de veces al año): la ministra del Interior, Priti Patel, afirma que los británicos ahora estarán "más seguros". Johnson declara, al anunciar un acuerdo que requiere un régimen aduanero completamente nuevo para las exportaciones británicas, que no habrá barreras no arancelarias al comercio, y rechaza alegremente los repetidos desafíos en el debate parlamentario para aclarar este asunto. Durante mucho tiempo, los políticos han recurrido a trucos, incluso a palabrerías: el gobierno británico ahora ha adoptado la mentira directa como más eficaz. En tercer lugar, los ataques a las limitaciones democráticas también han tenido su efecto (con su constitución no escrita, Gran Bretaña es especialmente vulnerable en este aspecto). El Parlamento ha sido marginado; la BBC, el poder judicial y la administración pública, amenazadas y acobardadas de diversas formas. El gobierno también ha mostrado un talento orbanesco para encontrar chivos expiatorios y sembrar la división: a través de una larga década de austeridad, mientras se recortaban los servicios y beneficios públicos y se evitaban los aumentos de impuestos, la creciente desigualdad se enmascaraba poniendo a los “luchadores” en contra de los “vagos”. El Partido Conservador británico es reconocidamente despiadado (y exitoso) en la retención del poder. El propio Johnson podría ser sacrificado en los próximos meses, si las encuestas sugieren que un nuevo líder y primer ministro sería más popular. Podría caer incluso el Gobierno al completo. Pero no apueste por ninguna de estas dos opciones. A medida que los británicos vuelven a entrar en el encierro en este sombrío mes de enero, sus gobernantes pueden optar por relajarse frente a otra película muy querida, una de las favoritas de los fanáticos del fútbol inglés: "La gran evasión". O una de esas divertidas travesuras de atracos y estafas, donde los pícaros adorables se ríen desde la grada.
viernes, 1 de enero de 2021
BREXIT. GIBRALTAR LA ULTIMA COLONIA DE EUROPA
Arancha González Laya, ministra de Asuntos Exteriores, ha confirmado que España y Reino Unido han alcanzado “un principio de acuerdo” sobre Gibraltar que permitirá, en boca de la propia ministra, “levantar la verja” y, por tanto, evitar un Brexit duro, lo que temían muchos en la zona.
“Se aplica Schengen a Gibraltar, lo que permite suprimir los controles entre Gibraltar y España”, ha resumido González Laya.
La titular de Exteriores asegura que se permitirá a Gibraltar “la aplicación de políticas y acuerdos de la UE” en materias que van más allá de la movilidad de personas, como transporte, régimen aduanero y asuntos medioambientales.
“Esta aplicación se hace con la intermediación y el apoyo de España, con España como responsable”, ha dicho González Laya, quien cree que el pacto “servirá como cimiento de un futuro tratado entre la UE y el Reino Unido” en lo referente al Peñón.
La ministra cree que los trabajadores del Campo de Gibraltar pueden “respirar aliviados” porque no habrá brexit duro. “Derribamos barreras para construir una zona de prosperidad compartida”, ha afirmado.
Aun así, González Laya ha asegurado que este acuerdo se alcanza “sin perjuicio de las pretensiones irrenunciables” que ambos países tienen en materia de soberanía. “Han quedado salvaguardadas: es decir, somos firmes en nuestros principios a los que no queremos renunciar, pero también aportamos progreso para nuestros ciudadanos, algo que nos demandaban”.
“Hasta la entrada en vigor de este acuerdo, utilizaremos las modalidades que permite Schengen para flexibilizar los controles en la verja”, ha dicho la ministra, quien cree que la firma del acuerdo se producirá en unos seis meses.
Johnson lo recibe “con entusiasmo”
El primer ministro británico, Boris Johnson, ha señalado en redes sociales que recibe “con entusiasmo” el principio de acuerdo alcanzado con España sobre la futura relación de Gibraltar con la Unión Europea (UE) tras el Brexit.
En su cuenta de Twitter, el jefe del Ejecutivo ha afirmado que Reino Unido “siempre” estará “totalmente comprometido con la protección de los intereses de Gibraltar y su soberanía británica”.
I wholeheartedly welcome today’s political agreement between the UK and Spain on Gibraltar’s future relationship with the EU. The UK has always been, and will remain, totally committed to the protection of the interests of Gibraltar and its British sovereignty 🇬🇮🇬🇧
— Boris Johnson (@BorisJohnson) December 31, 2020
Por su parte, el ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, ha agradecido también en un comunicado a su colega española, Arancha González Laya, y a su equipo la actitud “positiva y constructiva” en estas negociaciones, que han permitido alcanzar un principio de acuerdo para aplicar el espacio de libre circulación Schengen tras el Brexit.
“Tenemos una relación cálida y sólida con España”, aseguró Raab, que manifestó su deseo de continuar este vínculo en 2021.
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