lunes, 13 de noviembre de 2023

ESTA TODO DESTRUIDO . PALESTINOS ESPAÑOLES.

Destrucción por todas partes. Esta es la descripción de la situación en Gaza que dieron algunas de las 41 personas con ciudadanía española que empezaron a salir este lunes de la Franja hacia Egipto, desde donde serán evacuados rumbo a España. "Estábamos muy mal, no había gas, agua ni comida, los alimentos que quedan están cada vez peor" y hay "bombardeos por todos lados", apuntó a EFE Amelia Julia Sayans, española de 70 años y casada con un gazatí que logró cruzar esta mañana el paso fronterizo de Rafah, que conecta la Franja con la península egipcia del Sinaí. Como otros cientos de miles de personas, Sayans estaba desplazada al sur con su familia, a la ciudad de Jan Yunis, tras haber huido de la localidad norteña de Beit Hanoun, "totalmente destruida" por los bombardeos israelíes, y donde su casa familiar quedó "cien por cien" hecha escombros tras 38 días de guerra entre Israel y Hamás. Esta anciana cruzó sin su marido palestino: "He estado detrás de él para que venga conmigo y no le pude convencer, quiere quedarse y esperar a recoger lo que haya entre escombros" de su casa en el norte, donde las fuerzas israelíes fueron tomando control e instan a que la población civil que queda en la zona se desplace al sur. Sayans salió sola y tampoco pudo irse con sus hijos, que siguen refugiados en el piso de una familia que les acogió en Jan Yunis. Se apuntaron para salir juntos, pero hoy no estuvieron incluidos entre las más de 500 personas extranjeras o con doble ciudadanía de la lista de la Autoridad General de Cruces y Fronteras de Gaza, bajo control de Hamás, y que se coordina con Egipto para la evacuación. Las personas con pasaporte español salen a partir de hoy en tandas de entre 30 y 40, y Sayans espera que sus hijos puedan salir mañana, pero por ahora "siguen esperando", decía "nerviosa" tras semanas y semanas de ataques y profunda crisis humanitaria. "Nos despertamos por la noche cuando disparan o bombardean, la comida está muy mal, cada vez encontrabas menos. El agua se tenía que ir a buscar, había que subir bidones, pero no está en buenas condiciones, no es higiénica, es como agua de mar, salada", dijo, añadiendo que tiene esperanzas que cuando la guerra acabe pueda volver para estar con su marido. Otros, como Kamal Ukasha, oftalmólogo palestino de cincuenta años y con ciudadanía española, salía con su mujer y sus seis hijos empezar una nueva vida en España, donde ya tiene a dos otras hijas. "Buscaremos un lugar donde trabajar en España", decía con cierta esperanza de salir de la "destrucción total" que quedó en la Franja. Según añadió, "la guerra ha sido extremadamente difícil para todos", y se quedó sin nada después de que los bombardeos destrozaran su clínica en la ciudad de Gaza. "Tenía un centro médico privado y quedó completamente destrozado al inicio de la guerra", declaró este doctor en la ciudad norteña de Yabalia, donde relata también escenas de extrema destrucción. "De camino de Yabalia a la ciudad de Gaza, en general se ve todo destruido, y en Gaza ciudad igual", agregó. Como muchos otros de los 2,3 millones de residentes del enclave, reiteró que ahora "no hay lugar seguro en Gaza", y que el desplazamiento hacia el sur fue "muy complicado". "Mataron a gente mayor, a niños, a ancianos, a todo animal, la destrucción es total", lamentaba junto a su familia poco antes de cruzar a Egipto y abandonar la Franja sin perspectivas de saber cuando volverá. En total, la comunidad con pasaporte español de Gaza es de unas 180 personas, y ahora se estima que podrán salir 200 personas, incluyendo cónyuges y familiares, que tras llegar a Egipto serán evacuados a España. "Es una situación inimaginable, ni en las películas de terror", lamentó hoy Salah el Sousi, de 73 años y coordinador de la comunidad española en el enclave que también estaba incluido en las listas para salir hoy. Tras más de un mes de guerra, que ha dejado más de 11.100 palestinos muertos, "el mundo se ha olvidado" de Gaza, afirmó con pena este hombre, que ya fue evacuado de Gaza en la guerra de 2014.

jueves, 9 de noviembre de 2023

A LOS DEFENSORES DE ESPAÑA

La protagonista de las primeras jornadas de manifestaciones ante las sedes del PSOE a lo largo y ancho de España fue, indiscutiblemente, doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma, grande de España y condesa consorte de Bornos. No es habitual, pensaréis, que una grande de España y condesa consorte protagonice una manifestación. Menos aun que corte ella el tráfico, por su propia iniciativa, desatando las bridas de la protesta. Bien cierto es: también que, en estos momentos excepcionales, los nobles disfrutan sobremanera disfrazándose de plebeyos, fingiendo que defienden los intereses de una patria y no los suyos propios. Prendió ella sola tanto la esperanza en Ferraz que, al día siguiente, Abascal y García-Gallardo, es decir, el presidente de Vox y el vicepresidente de Castilla y León, de nombre completo este último Juan García-Gallardo Frings, hicieron lo propio para apropiarse de las manifestaciones. Nuevo reloj inteligente que puede medir el azúcar en sangre sin dolor en segundo Nuevo reloj inteligente que puede medir el azúcar en sangre sin dolor en segundo Publicidad Keillini A contribuir a esta caricatura cayetanesca han ayudado publicaciones en redes sociales como las de la emprendedora May López-Bleda de Castro, duro faro de las Españas, que declaraba en redes sociales, no sin resaltar el carácter políticamente incorrecto de sus reflexiones, y con tal de responder a quienes decían que la movilización “sería un fracaso por el frío”, que los progres “no han estado en una estación de esquí en su vida, no conocen en poder una Helly Hansen, no saben lo que es la rasca de las monterías; [nosotros] somos capaces de organizarnos cual retiro de Effetá o Emaús, e incluso de alquilar el local de al lado; somos capaces de todo lo que no son ellos, porque conocemos la prosperidad y amamos España”. Qué fácil escoger bando cuando una tiene que buscar, por desconocimiento, qué significan algunos de esos nombres propios, distintivos de cuna. Y qué difícil no vivir con cierto estupor la estupefacción de los manifestantes ante la represión policial: sorprendidos cuando, por primera vez, los palos los reciben ellos… por parte de quienes se supone que están ahí para proteger sus posiciones. Related video: Extrema derecha española protesta contra la amnistía a independentistas catalanes (AFP) Video Player is loading. Hora actual 0:00 / Duración 0:00 AFP Extrema derecha española protesta contra la amnistía a independentistas catalanes 0 Ver en inspección Ver en inspección No se trata, como dicen algunos, de afirmar tramposamente que la clase obrera no puede preocuparse de asuntos trascendentales, que la preocupación por la amnistía es un asunto de tranquilos y acomodados pijos, burgueses o aristócratas, mientras que lo propio de los trabajadores sería no tener siquiera el pan suficiente para dedicar un solo pensamiento al día a cualquier asunto político de interés nacional. A la clase trabajadora, claro, le preocupa España, le preocupan asuntos de máxima trascendencia, le preocupan discusiones abstractas y conceptuales, le preocupan imaginaciones y fantasías; del mismo modo en que le preocupa la subida del salario mínimo, la reforma del despedido, la reducción de su jornada laboral, los alquileres e hipotecas imposibles, la privatización de los servicios públicos o el precio de la calefacción. Bastante más les inquieta el frío de sus casas, por cierto, que la rasca de monterías. ¡Parece solo un garaje regular, pero espera a ver el interior! ¡Parece solo un garaje regular, pero espera a ver el interior! Publicidad Consejos y Trucos La cuestión, insisto, y sin negar lo que de relevante hay en los debates “de trascendencia”, es que estas manifestaciones no van de la amnistía. La amnistía es una excusa: discutible, matizable, con aristas, que se puede debatir, analizar pormenorizadamente. Pero el Gobierno era, en las cabezas de muchos, ilegítimo desde hace mucho tiempo, y los ministros unos sucios okupas que llevan ya demasiado tiempo anquilosados en instituciones que siempre tendrían que haber pertenecido a la derecha, según su concepción patrimonialista del Estado. El impuesto a la banca era ilegítimo y felón, el impuesto a las eléctricas era ilegítimo y felón, las medidas tomadas durante la crisis del COVID-19 eran propias de una autoridad dictatorial. Los cachorros de la derecha no se han radicalizado por arte de magia, ni sacan las bengalas por reproducción espontánea o por esporas: se sienten a ello legitimados por todo un clima político y social que la derecha, y también la derecha tradicional, ha permitido, alentado y autorizado. Sin las Nuevas Generaciones del Partido Popular no habría prendido la llama del “Que te vote Txapote”. Sin Isabel Díaz Ayuso no habría exaltados putodefensores de España en peregrinaje de Goya a Ferraz. Lo trágico es que no pueden dar marcha atrás en ese afán de descrédito, en su erosión sistemática a la democracia: es ese impulso lo que alimenta a Ayuso y a otros tantos en el Partido Popular. De ahí su deriva infinita y el reto más grande para el futuro: defender España (y su democracia) frente a esos putodefensores de España y acabar con su gallardía artificiosa.